En un par de minutos, el águila aterrizó al pie de la montaña, y después de dejar a los discípulos, voló hacia arriba.
—¿Alguien tiene la misión en la montaña púrpura?
—Por favor, agrúpate conmigo si también tienes una misión en la ciudad real.
Todos los discípulos que habían sido asignados a hacer misiones en solitario empezaron a gritar para ver si había alguien que tuviera una misión en el mismo lugar para que pudieran agruparse y completar sus misiones fácil y rápidamente.
—¿Hay alguien que vaya a ciudad pluma del sol? —Max también probó su suerte. Después de todo, sería más fácil si pudiera agruparse con alguien.
—¿Qué?
De repente, de los más de cuarenta discípulos presentes aquí, una tercera parte exclamó y miró hacia él con miradas extrañas, que rápidamente se convirtieron en una de lástima mientras negaban con la cabeza.
