Porque acababan de lavarse y aún estaban en el agua, el cabello de Leticia estaba mojado y su parte superior del cuerpo, que sobresalía del agua del arroyo, aún tenía gotas de agua, haciéndola lucir más cautivadora.
Max lentamente acariciaba su cuerpo suave y comenzó a amasar sus pechos mientras besaba su nuca desde atrás.
—Mm... —Leticia dejó escapar un sonido débil y lo miró hacia arriba.
Viendo sus delgados pero deliciosos labios, él se inclinó y los besó. Leticia también le correspondió el beso y tomó la iniciativa de abrir su pequeña boca para que él moviera libremente su lengua en su interior.
Max felizmente aceptó y colocó su lengua en la boca de ella y comenzó a besar y succionar su dulce lengua.
—Huff... Huff...
Se besaron hasta que ambos se quedaron sin aliento y tomaron respiraciones profundas.
Sus ojos ardían con pasión ardiente. El miembro de Max se había puesto duro como una roca y estaba tratando de levantarla en excitación.