—¿Mm? —Max se detuvo y se volvió. Frunció el ceño al ver a un joven de su edad mirándolo con una expresión burlona. Estaba bien vestido con un abanico dorado en la mano. Detrás de él había unas cuantas personas que parecían ser sus guardias.
Las personas a su alrededor, que lo escucharon decir que era hijo del Vizconde, se volvieron para mirar a Max y comenzaron a susurrar.
—Oye, ¿es realmente el hijo de Lord Vizconde? No lo he visto antes.
—Sí, lo es. Lo vi hace unos meses cuando visité la mansión del Vizconde por algo. Si recuerdo bien, debe ser el hijo menor de Lord Vizconde.
—Pero, ¿no decían que él no es más que basura y que después de conocer su talento, se deprimió y podría morir en cualquier momento? Pero a mí me parece bien. Diablos, está más sano que esos magos de una estrella.
—Si realmente es el joven maestro, ¿por qué ese joven de aspecto noble intenta burlarse de él así? ¿Hay alguna enemistad entre ellos?
—¿Enemistad? Ni siquiera sé quién es este joven.