—¿Un arma elemental de grado tres? —exclamó sorprendido Max y entendió por qué ella estaba tan segura de que él no podría completar esta misión.
—Así es —asintió la Anciana y se frotó los ojos soñolientos—. Ya le pedí a la academia que cambie el rango de la misión. Así que, puedes elegir renunciar a esta misión, y la academia no te dará ningún castigo.
Max pensó por un segundo y preguntó:
—Si hago eso, ¿se considerará que he completado la misión obligatoria de este mes?
Si este fuera el caso, no tendría ningún problema en renunciar a esta misión. Después de todo, después de aprender cuán peligroso podría ser una misión de matar bandidos en la ciudad pluma del sol, había decidido que renunciaría si era demasiado peligroso y no tomaría riesgos innecesarios.
La Anciana lo miró y negó con la cabeza:
—Me temo que no. A lo más, se te dará alguna compensación por perder tu tiempo viniendo hasta aquí y luego se te asignará otra misión.