—¡Shua! Con una ráfaga de viento frío, una joven vestida de blanco apareció dentro de una cámara. Parecía una santa con una belleza que podría derrocar imperios si apareciera en el mundo exterior.
—¡Suspiro! —Una mujer de cabello blanco que irradiaba una intensa frialdad estaba sentada en pose de meditación. Al oír esto, suspiró y abrió los ojos.
Su expresión fría se volvió gentil cuando posó sus ojos sobre la joven frente a ella. Si las personas que conocían a esta mujer de cabello blanco vieran este cambio, se sorprenderían.
—Niña tonta, ¿por qué sigues pensando en ese chico? No es digno de ti —la mujer de cabello blanco sacudió la cabeza, insatisfecha.
—Maestra~~ —la chica de repente gritó mientras su rostro se enrojecía de ira al escuchar esto y dijo—, te he dicho innumerables veces que no quiero que hables mal del joven maestro, o no volveré a hablar contigo.
—Está bien-está bien, no hablaré mal de él —la mujer de cabello plateado dijo en un tono adulador.