—Sí, Max. Deberíamos ir a cazar algunas bestias. Así podremos ver exactamente cuánto hemos mejorado estos últimos días mientras al mismo tiempo obtenemos más piedras de mana. Jeje —Leticia intervino y agitó sus pequeños puños emocionada.
A diferencia de antes, Max encontró esta sugerencia muy buena. Inicialmente, había pensado que algunas bestias de dos estrellas vendrían al valle de vez en cuando ya que había una fuente de agua. De esta manera, no tendrían que esforzarse en buscarlas y podrían matarlas para recolectar suficientes núcleos de bestia.
Sin embargo, durante estos días por alguna razón, sin importar cuánto alboroto causaran, aparte de unas pocas bestias de una estrella, ninguna bestia de dos estrellas apareció. Tal vez porque este valle estaba ubicado en la parte más baja del área de las bestias de dos estrellas.