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Fue Vincent quien lo atrapó. Después de darle un par de píldoras de curación de grado dos, lo dejó caer al suelo y se sentó. El árbitro anunció su victoria después de ver que su oponente era incapaz de continuar con la pelea.
Después de ver al hombre alzando su mano, Vincent había adivinado que el hombre quería rendirse pero no podía retirar su puñetazo debido al momento, por eso intentó controlar la fuerza de su golpe. Sin embargo, incluso después de eso, cuando su puñetazo le golpeó, al menos la mitad de la fuerza original aún permanecía, lo que causó mucho daño a sus órganos internos.
Entonces, sabía que si no le daban unas píldoras de curación, el hombre estaría muerto antes de que las paredes de la formación se abrieran.
La audiencia se sorprendió al ver a Vincent salvar la vida de su oponente. Muy pocas personas son tan amables de hacer algo así hoy en día.
