Para Su Han, tenía una clara comprensión del bien y del mal. Durante los años que pasó con su maestro Daoísta, había comprendido esto aún más profundamente.
Los artistas marciales están inherentemente destinados a erradicar el mal del mundo y promover el bien.
En la sociedad de hoy, ¿cuántas personas pueden apegarse a su verdadero yo, no dejarse deslumbrar por el mundo deslumbrante y no dejar que sus corazones inocentes sean corroídos por la tentación?
Si no hubiera enfrentado a Serpiente Mayor, más personas habrían muerto en sus manos, incluidas las hermanas Qiao.
Esto era algo que Su Han no podía tolerar.
Su Han todavía ni siquiera sabía el nombre real de Serpiente Mayor. Su Han también estaba preocupado por el Maestro Gu que se escapó la última vez.
—La próxima vez que haya una oportunidad, definitivamente no puede dejarlo ir.
Su Han se fue, sin dejar rastro ni fluctuación emocional.
