Su Han estaba sentado y miró a Zhen Yong. Zhen Yong parecía algo rudo, un verdadero reflejo de alguien del ejército.
Sin embargo, había una notable falta de vitalidad en él. Aunque sus ojos eran agudos, no podían ocultar su frágil físico.
—¡ZHEN! —Dong Lin frunció ligeramente el ceño, claramente descontento con el tono de Zhen Yong.
Dong Lin siempre había estado completamente impresionado por las capacidades de Su Han. Incluso el padre de Dong Lin tenía a Su Han en alta estima.
Por supuesto, Dong Lin sabía que el escepticismo de Zhen Yong se debía a sus hábitos profesionales. No confiaría fácilmente en nadie, y menos aún en alguien tan joven como Su Han.
—Dong, no quiero hacer daño. Es solo un instinto profesional, así que solo estaba un poco más curioso —Zhen Yong podía notar que Dong Lin estaba siendo cortés con Su Han.
No querría avergonzar a su viejo amigo.
—Hola, señor Su. Soy Zhen Yong.
