Aunque poseía una habilidad médica milagrosa, su habilidad no podía recompensarlo con mucho dinero.
Recientemente, Su Han se dio cuenta de la importancia del dinero. Incluso si solo quería comprar algunas hierbas medicinales, sin suficiente dinero, era imposible.
No podía esperar siempre que el señor Zhang las ofreciera gratuitamente, ¿verdad? Temía que el señor Zhang pudiera quebrar a este paso.
Un millón no es ni demasiado ni poco. Siempre había querido probar algunas fórmulas. Con las conexiones del señor Zhang, podría conseguir muchas hierbas raras.
Su Han miró a Wu Hong Wei, quien tenía una expresión de autosatisfacción en su rostro, como si ya hubiera ganado.
—Esta noche a las diez, Montaña Llama Ardiente, te espero. ¡Los que no se atrevan a venir son unos perdedores! —gritó con desafío.
¡Siempre que ganara, Qiao Yu Man tendría que ser su novia!
Afortunadamente, este tonto estaba tan emocionado que su mente no estaba clara cuando oyó un millón.
