Li Wan Er incluso podía oír la voz que venía del teléfono desde su posición. ¿Alguien debe estar agradecido con Su Han por curar su enfermedad?
Ella pensó que con Su Han cerca, ¿qué enfermedad no podría ser curada?
—Entiendo, tendremos que organizar un chequeo de seguimiento lo antes posible —Su Han claramente empatizaba con los sentimientos de Dong Lin.
La dolencia que había atormentado a Dong Lin y a su padre durante décadas ahora podía ser curada. ¡Para ellos, esta era sin duda la mejor noticia!
—Ve a ocuparte de tus asuntos si tienes que hacerlo —Li Wan Er le dijo a Su Han justo después de que colgara el teléfono.
—¿Y tú? —Su Han preguntó con preocupación.
—Yo... me siento un poco débil. Quiero descansar un rato —dijo ella. Después de su reciente momento íntimo, todavía se sentía un poco abrumada.
—Está bien, descansa bien. Llámame si necesitas algo —Su Han besó suavemente la frente de Li Wan Er.
Al ver a Li Wan Er marcharse a descansar, Su Han se puso la ropa y se fue.
