Zhao Ming asintió repetidamente, su rostro lleno de gratitud. —¡Gracias, Maestro Su! ¡Gracias, Maestro Su!
Su Han no dijo nada más y volvió a su asiento. El Profesor Xu inmediatamente señaló al presentador para que comenzara el evento. Después de este incidente, nadie menospreció a Su Han nunca más, y nadie se atrevió a decir nada sobre él sentado en la primera fila.
Era un médico realmente capaz, y su joven edad solo resaltaba las profundas habilidades de Su Han.
La mirada de todos hacia Su Han era diferente: algunos estaban curiosos, algunos estaban asombrados, y algunos simplemente asombrados. No podían creer que existiera un médico genio tan joven.
La conferencia transcurrió sin problemas. Cada experto y académico presentó un caso médico desafiante que habían encontrado, y todos discutieron y reflexionaron juntos para encontrar soluciones. A medida que continuaba el intercambio, muchas dudas en la mente de las personas se resolvían naturalmente.
