Después de que ambos se subieron al auto, Leng Shaoting no arrancó de inmediato, sino que sacó una fiambrera pasándosela a Gu Ning. —Hice el desayuno yo mismo. ¿Te importaría probar?
Gu Ning se asombró de que el hombre había preparado el desayuno para ella en persona. Casi lloró en ese momento. A pesar de que Leng Shaoting no era hablador y no le gustaba decir piropos, la trataba tan bien con sus acciones.
—¿Lo hiciste tú mismo? ¡Qué considerado eres! —dijo Gu Ning. Tomó la fiambrera. —¡Gracias!
Leng Shaoting se sonrojó un poco.
—Es un placer —respondió Leng Shaoting—. Él no quería que ella le dijera gracias tan a menudo. Quería estar más cerca de ella.
Después de eso, Leng Shaoting le dio a Gu Ning una botella de leche. Gu Ning la tomó, pero esta vez no dijo gracias.
Gu Ning guardó la leche, abriendo la fiambrera. Tenía dos capas. Había dos bloques en la primera capa. Uno estaba lleno de frutas y un huevo frito en forma de corazón.
