—Hermano Mayor Ye, la tienda está un poco descuidada, pero ya está lista. Durante la noche, Xiang Fang y yo nos encargaremos de la guardia. ¿Qué te parece si entras a descansar primero? —Guo Qi salió y dijo.
Ye Mo sonrió y dijo:
—No hace falta, puedes dejarme a mí la guardia nocturna; me gusta estar afuera por la noche. A propósito, Hermano Guo, eres mayor que yo, así que de ahora en adelante llámame Ye Mo. —Ye Mo sentía que Guo Qi era una buena persona y valoraba el espíritu de equipo, lo que le hacía querer ser su amigo. No le gustaban esas personas sin corazón.
—De acuerdo, entonces no seré demasiado educado contigo. Sin embargo, tampoco necesitas llamarme Hermano Guo, en el ejército me llaman Da Qi, también puedes llamarme así. Es un honor conocerte como un amigo —no, quiero decir, como un hermano. ¿Qué te parece, Hermano Ye? —Guo Qi era una persona franca y no dudaba.
Ye Mo asintió y dijo:
—Esto es genial.