—Yuan Meixiang, Yuan Gong, vosotros dos realmente sabéis cómo correr, eh, pero ahora, alguien sospecha que estáis involucrados en un caso de asesinato en Jing Kou, pueblo de Fang He. Debéis regresar para ser investigados —el jefe de policía parecía débil y gordo pero su tono era muy serio.
—No necesitáis hacer nada. Iré con vosotros pero sé que en cuanto vaya, no tendré esperanzas de salir de nuevo así que contaré lo que sucedió a todos aquí. Dejaré que todos sepan qué se esconde en este mundo —esa joven mujer se tranquilizó en cambio y miró a su alrededor antes de decir.
—Llévensela... Yuan Meixiang, si tienes algo que decir, díselo a tu abogado... —el policía no esperó que esta joven terminara y gritó.
—Haha... mi abogado, en cuanto caiga en vuestras manos, seré devorada por completo —esa chica Yuan Meixiang comenzó a reír en voz alta, pero su rostro se volvía cada vez más miserable.