Cuando Ye Mo llevó a Tang Beiwei a Ning Hai, ya era mediodía del segundo día.
Antes de llegar al pequeño patio, Ye Mo sintió que algo estaba mal. Ning Qingxue dijo que lo estaría esperando aquí y él le creyó. Sin embargo, Ning Qingxue en realidad no estaba en este patio.
Ye Mo y Tang Beiwei abrieron la puerta. Las macetas seguían allí, pero las hierbas de corazón de plata estaban todas muertas excepto por una. Había conseguido que alguien las enviara de vuelta aquí para que Ning Qingxue las cuidara. La única que estaba viva también estaba bastante marchita. Esa era la que Ning Qingxue cuidaba y había derramado su sangre sobre ella.
¿Qué estaba pasando?
Ye Mo quería preguntar a Xu Wei pero descubrió que Xu Wei tampoco estaba aquí. Sin embargo, todavía había ropa de Xu Wei colgada en el jardín. Parecía que Xu Wei no había salido aún.
—Hermano, ¿la hermana Qingxue no está aquí? —preguntó Tang Beiwei.
