—Había dos flores de loto bordadas en él con las palabras —mi corazón es igual que tu corazón, nunca traiciona los sentimientos—. Ye Mo se reía para sí mismo. Parecía que esta monja era bastante afectuosa. Pero si esta monja realmente mató al hombre que amaba, como dijo Yu Lian, entonces era demasiado espeluznante.
Ye Mo de repente se dio cuenta de que había visto su venda, y aunque fue solo por un momento, le preocupaba que ella lo hubiera notado.
Pensando en esto, desplegó cuidadosamente su sentido espiritual. Sabía que esta monja estaba gravemente herida y no tenía la agudeza sensorial de cuando estaba luchando. Sería difícil que notara su sentido espiritual. Aun así, Ye Mo todavía era muy cauteloso.
Observó un rato y la monja no parecía darse cuenta. Era solo que su rostro estaba un poco pálido y sus ojos hundidos. Ye Mo se alivió ligeramente. La herida de la monja estaba cerca de la venda, sin embargo, Ye Mo estaba preparado para aplicar el medicamento allí.
