Había más sonido alrededor de Ning Qingxue. Aunque todavía estaba sola en el bosque, Ning Qingxue no estaba tan asustada como antes. Era como si el canto de los pájaros fuera mucho más tierno que el silencio mortal cerca de la zanja del cielo.
Debido al ataque animal, Ning Qingxue solo descansó un poco y sacó el telescopio para mirar a la distancia. Aunque estaba más cerca del acantilado, no podía ver tan claro como antes, ya que la niebla lo cubría todo.
Ning Qingxue no se atrevió a demorarse, ya había perdido un día. Si algo le sucedía a Ye Mo, no sabría qué hacer.
En el bosque, aparte de algunos espacios abiertos, la mayoría de los lugares parecían oscuros y siniestros. Tenía miedo de que si se demoraba, esa cosa aterradora la perseguiría. Por suerte, el Encanto Repelente de Mal irradiaba algo de calidez de vez en cuando, haciéndola no temer tanto el oscuro entorno.
