Ashley no solo no podía concentrarse en sus clases, sino que además no paraba de recordar el reportaje de esa mañana. <
<<…Más conocido como Atlas. Desde entonces el mundo ha gozado de la paz que los superhéroes le han brindado>> -<< Concéntrate, maldición, concéntrate>>. – se repitió, mientras enredaba su dedo en un mechón de su cabello pelirrojo, algo que hacía cada que se sentía frustrada. Volvió a arreglarse sus anteojos redondos por 3era vez y se esforzó en mantener su concentración en su clase. Pero todo esfuerzo era inútil, su mente la llevaba a la misma notica.
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Ashley se rindió. Decidió perderse en sus recuerdos de esa mañana. << Pero ¿y la clase?>>. – se preguntó a sí misma. << Sera un problema para la Ashley del futuro>>. – se respondió.
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La clase acabo y ella no aprendió nada. Se levanto, puso su laptop en su bolso, se arregló su abrigo y salió del salón. Durante su camino a la salida del campus, siguió recordando…
<< Hoy en día, gracias a nuestros héroes, el nivel del crimen se redujo y vivimos en una sociedad en la que prevalece la justicia y la paz. Todo gracias al nuestros patrióticos héroes americanos y a aquel que los inspiro a todos a pelear por lo que es justo. Gracias, Atlas, donde sea que estes.>>
Llego a la salida del campus y espero el Uber que había pedido por teléfono. Atlas, el primer superhéroe. Ashley aun podía recordar lo que fue estar en sus brazos aquel día hace 10 años, cuando la rescato de entre los escombros. A diferencia del resto de superhéroes, nadie sabía nada sobre él; Ni sus poderes, ni su identidad, ni siquiera había una foto clara de él. De hecho, la única foto clara de él era una en la que sobrevolaba la ciudad. La pelea entre él y Zeus dejo grandes estragos en la ciudad. A diferencia de otros héroes, él se encargó personalmente de rescatar a tantos como pudo de entre los escombros que alguna vez fueron edificios. Mientras volaba de un lado al otro ayudando a todo aquel que lo necesitara, un camarógrafo del periódico The Signal Gazette tomo una foto en la que el volaba sobre la ciudad, detrás de él se veía el edifico de la compañía Atlas, la luz del sol lo cubría, evitando que se pudiera ver su rostro. Aquella foto le valió su nombre, Atlas, el primer superhéroe, aquel que cargaba con el peso de haber iniciado la más grande era de paz conocida por el hombre. En honor a él se habían hecho artículos, libros, comics, películas, series y algunos videos poco pudorosos que Ashley no se enorgullecía de haber visto. Aun así y después de 10 años todos seguían haciéndose la misma pregunta: ¿Quién era Atlas?
Pero no por mucho más, porque ella, Ashley K. Williams iba a descubrir todo sobre el legendario Atlas. Su identidad, su edad, su historial de internet. Todo. Porque ella iba a encontrarlo, y cuando lo hiciera al fin lo hiciera ella, podría preguntarle aquello que había querido preguntarle los últimos 10 años…
Un auto se detuvo frente a ella y se subió en él. Con un tono de voz seguro y una sonrisa indeleble en el rostro dijo al conductor:
-Arranque
El conductor se volteo y pregunto:
- ¿Uber para Diana?
-si. – respondió Ashley, para corregirse de inmediato. – espere ¿qué? No, perdón, me confundí.
Se bajo del auto, avergonzada, y siguió esperando su Uber.
. . .
Las cosas no iban como Ashley esperaba. Había citado a varias personas en una cafetería para entrevistarlos, pero ninguno le dijo nada que ya supiera o que ya hubiese escuchado en internet: <<Él era muy fuerte>> <
Paso días buscando la dirección, el contacto y los nombres de otras personas presentes en el enfrentamiento entre Atlas y Zeus. Los había citado para poder aprender más sobre Atlas, quizás alguno había visto su rosto, pero todos decían lo mismo: "sucedió demasiado rápido, no vi su rostro''. Ashley recostó su cabeza sobre la mesa de la cafetería, agotada. Empezaba a creer que no llegaría a nada cuando escucho la puerta de la cafetería abrirse. Levanto la cabeza y vio entrar a una mujer afroamericana, muy arrugada, con el cabello de un color blanco canoso. La anciana mujer llevaba unos lentes oscuros sobre los ojos y caminaba con un bastón rojo golpeando la punta de este contra el suelo antes de pasar por donde tocaba el bastón.
Ashley se levantó y se acercó a ella. Dudo si debía tocarla o no. Al final se decidió por hablarle. - ¿Señora Wesley? – pregunto Ashley con voz calmada. La mujer volteo hacia ella y le sonrió con cariño.
-La reportera, imagino. – dijo la mujer.
Ashley guio a la señora Wesley hasta la mesa. La mujer pidió un café y ambas esperaron en silencio hasta que el camarero se lo trajo. – Señora Wesley… - Empezó a decir Ashley. – Como sabe, la llame para hablar de-
- ¿Enserio eres una reportera? – pregunto la señora Wesley. – suenas demasiado joven…
-…si. – respondió Ashley mientras se rascaba la nariz, algo que hacía cada vez que mentía.
La mujer sonrió de nuevo, como si pudiera ver atreves de ella. Era obvio que mentir no tenía ningún sentido. – yo ...no…sigo estudiando, pero algún día lo seres ere una periodista. – admitió Ashley. – solo adelanto un poco de trabajo. – pero no eres periodista. – declaro la Señora Wesley. – aun. – Aclaro Ashley. – Aun. – repitió en broma la Señora Wesley.
La mujer empezó a reír. Su risa era contagiosa, tanto que Ashley empezó a reír con ella. Hablar con ella resultaba fácil para Ashley. Ambas hablaron de distintas cosas familia, chicos, la universidad, hasta que finalmente llegaron a Atlas. – Ni siquiera recuerdo que es lo que hacía en la calle aquel día… - dijo la señora Wesley. – Solo recuerdo caminar por la calle, cuando todo se llenó de gritos…y luego…
La señora Wesley se quitó sus lentes oscuros, revelando sus ojos completamente blancos. Alrededor de sus ojos había varias cicatrices y heridas viejas de quemaduras. – Aquel villano... – siguió contando la señora Wesley. – Quemo mis ojos…con sus rayos. Yo estaba ahí, en el suelo, asustada. Podía escuchar a la gente entrar en pánico. Ninguno me ayudo a levantarme. Ellos me pisaron mientras corrían. Ninguno me ayudo a levantarme. Probablemente ni me vieron. Pero él no…. Cuando el sonido de las peleas termino…yo….
De los ojos de la señora Wesley brotaron grandes lágrimas, pero su expresión no era de dolor o tristeza, si no de felicidad. – Entonces el me… – la voz de la mujer temblaba. – el me tomo en brazos y me dijo que todo estaría bien…en ese momento no sabía que era un super. Para mí solo era alguien que se detuvo a ayudar a una vieja mujer…eso…eso es lo que un héroe hace.
. . .
Camino al muelle comercial recordó su conversación con la Señora Wesley. << Quise saber quién era el, pero nadie lo sabía>> <
Antes de darse cuenta ya había llegado allí. Según la señora Wesley, a Al le gustaba ir a beber a un viejo muelle comercial abandonado por las noches. Con suerte lo encontraría allí. Ashley camino entre los contenedores oxidados, buscando a aquel hombre. Era de noche, pero había iluminación suficiente para ver el camino en el laberinto de gigantes contadores rojos, azules y amarillos. Cuando al fin pudo ver el mar, busco con la mirada a aquel hombre del que la señora Wesley le hablo. Sus ojos se detuvieron al ver a lo lejos a un hombre viejo y encorvado con una gorra verde en la cabeza y una lata de cerveza en la mano.
Ashley empezó a acercarse. A lo lejos logro divisar una silueta sobre el agua, un borrón rojo y azul con la que aquel viejo hombre parecía mantener una conversación. Mientras más se acercaba aquella borrosa silueta se hacía más clara, hasta tomar la forma de un hombre. Cuando Ashley reconoció a aquel hombre entendió enseguida que él no estaba caminando sobre el agua, si no que volaba sobre esta. Ashley se ocultó tras un viejo contenedor rojo y observo la escena en silencio. Aquel hombre volador vestía un disfraz de rojo, azul y blanco, una estrella plateada en el pecho. Sobre sus hombros llevaba una capa y guantes color rojo. ¿asiático, alto, cabello negro y disfraz ostentoso? Por supuesto que Ashley sabía quién era. Era Red Star, el héroe más famoso de The Primordials, el grupo de héroes más fuerte del planeta.
Ashley tenía demasiadas preguntas: ¿Qué hacía un héroe como el hablando con ese viejo hombre? ¿También lo conocía? ¿También eran amigos? ¿Era Red Star tan de guapo en persona como en sus fotos? Ashley estaba emocionada, no todos los días uno podía estar tan cerca de un héroe, en especial de un héroe del calibre de Red Star. Decidió seguir observando. Pronto Ashley noto algo inusual. A diferencia de ella aquel viejo hombre sentado al borde del muelle con una lata de cerveza en la mano no parecía importarle la presencia de Red Star, lo que claramente era una locura. ¿A Quién podría no importarle la presencia de un superhéroe? Ellos eran como celebridades, más que eso. Ellos podían surcar los cielos a gran velocidad, podían cargar con edificios enteros y correr grandes distancias en cuestión de segundos. Comparados con ella, los superhéroes eran dioses.
Siguió observando a ambos hombres hablar. Vio como Red Star se elevó un poco más sobre el agua. Pensó que se despedían, sin embargo, pronto aquella idea cambio. Los ojos de Red Star empezaron a brillar en rojo, algo que solo sucedía cuando se preparaba para disparar su ya conocida visión de calor. Por primera vez Ashley se preguntó algo que jamás imagino llegar a pensar: << ¿Los héroes podían hacer algo malo? >> Antes de que el anciano y encorvado hombre pudiese reaccionar, la visión de calor de red estar se disparó de sus ojos. En cuestión de instantes aquel hombre se convirtió en un cadáver quemado y humeante.
Ashley acababa de presenciar algo impensable. Un superhéroe matando a un civil inocente. Los héroes ni siquiera debían matar… al menos no a ancianos inocentes. Ashley sentía que perdía el equilibrio. Sus piernas le temblaban y su respiración se agito. Ashley se apoyó contra el contenedor intentado recuperarse. El frio metal en su espalda le provoco un gran escalofrió. Volvió a dar un vistazo a aquella horrible escena, pero sus ojos no la engañaban. Acababa de presenciar un asesinato.
Antes de siquiera poder asimilar aquello, escucho sonar su celular. Del salía una canción con gatos maullando, el sonido que hacía cuando recibía una llamada. Rápidamente se apresuró a silenciarlo. El silencio inundo el lugar. Ni siquiera el mar hizo ruido. Ashley rezo por primera vez en su vida, rogando que Red Star, el super hombre con los ojos laser, no la haya escuchado su ridículo ring ton. El sonido del mar golpeando contra el muelle regreso, pero aparte de eso nada más sucedió. Casi se convencía de que Red Star se había ido cuando escucho una voz hablar. –¿Quién está ahí? – pregunto Red Star. El aire abandono el pecho de Ashley. Sentía la urgencia de gritar, pero se obligó a taparse la boca con las manos - No…no es lo que… –Empezó a excusarse Red Star – yo solo… se cómo se ve esto, pero… El héroe empezó a reír entre dientes. Aquella risa se fue intensificando hasta volverse una carcajada. La situación parecía haber pasado de incomoda a algo gracioso para él. – ¿Qué demonios? – dijo entre risas. – Soy un héroe. Una figura pública. ¡El superhéroe más grande de este país!
El héroe callo y fúnebres el silencio volvió a hacer acto de presencia en el lugar. Pronto Ashley sintió como el frio del contenedor de metal desapareció de su espalda. Al voltear vio a Red Star cargando el gigantesco contenedor de metal rojo. El la miro y le regalo una sonrisa arrogante. Ashley casi podía sentir su piel ardiendo cuando la sonrisa de Red Star se borró de su rostro. El desvió la mirada y empezó a buscar algo con ella.
- ¡¿Eres tú? – Grito Red Star, en su voz se notaba un ligero temblor. - ¿Estás ahí verdad?... No es mi culpa…él…por favor…no puedes hacerme esto…
Otra vez el silencio. Entonces unos pasos resonaron en cada rincón del muelle. Red Star parecía buscar el sonido. Sus ojos parecían estar al borde de las lágrimas. Aquel que hacía resonar sus pisadas no tardo en hacer presencia.
Una persona, vestido con un abrigo y capucha negra apareció a lo lejos. El encapuchado solo se paró allí. Observando.
– No… – murmuro Red Star.
El encapuchado empezó a caminar lentamente hacia ellos.
– ya basta… – volvió a decir Red Star. El encapuchado camino más rápido. – ¡Basta! – grito Red Star mientras sus ojos se volvían a encender.
El encapuchado empezó a correr. Antes de que Red Star pudiera disparar su visión de calor, el encapuchado salto hacia él y le dio un puñetazo en el rostro. Red Star dejo caer el contenedor, rápidamente Ashley empezó a correr en dirección contraria para evitar ser aplastada.
Pudo ver la sombra del gran contenedor sobre ella, así que cerró los ojos, corrió con todas sus fuerzas y dio un gran alto de fe hacia adelante. Sintió su cuerpo entero chocando con el suelo. Sintió un gran ardor en la cabeza. Se paso los dedos por la sien y sintió algo húmedo en ellos. Al abrir los ojos vio sus dedos manchados de sangre. Su sangre. Ella se volteo, quedando boca arriba. Tenía la visión borrosa, pero no era difícil saber lo que sucedía. Red Star estaba siendo sometido por el encapuchado.
Ambos estaban en el aire. El misterioso encapuchado estaba encima de la espalda de Red Star, se sujetaba de su cuello con su brazo, con la mano libre golpeaba múltiples veces el rostro de Red Star. La visión de Ashley no era clara, pero parecía que Red Star sentía dolor.
El super hombre logro tomar al encapuchado y lanzarlo contra el suelo a pocos metros de Ashley. El encapuchado se levantó sin dificultad. Red Star gruño molesto. Se acerco volando a un contenedor azul y lo levanto para luego lanzarlo hacia ellos.
Ashley cerro sus ojos y espero a morir aplastada. Pero al no sentir sus huesos haciéndose trizas ni sus órganos explotar, abrió los ojos y miro sobre ella el contenedor azul. Frente a ella, pudo ver al encapuchado cargar con el pesado contenedor. Él se volteo a verla, aunque Ashley no podía ver sus ojos en el fondo de aquella capucha, se volteo de nuevo dándole la espalda y luego lanzo el contenedor por los aires en dirección a Red Star. De inmediato la visión de calor de Red Star lo dividió. El contenedor ahora dividido en 2 partes cayó al suelo. El encapuchado miro hacia el cielo, alzo la mano y le mostro el dedo el medio.
A Red Star debió molestarle pues no tardó en responderle el insulto. Sus ojos brillaron en rojo de forma aún más intensa. Su visión de calor se disparó hacia ambos. El encapuchado estiro sus manos hacia adelante y recibió de lleno con ellas los rayos láser. La fuerte visión de calor iluminaba con una enceguecedora luz roja. Cuando los ojos de Ashley dejaron de ver todo de color rojo, noto 2 cosas: Primero, que Red Star ya no estaba en el cielo o en ninguna parte aparente. Segundo, las manos de aquel encapuchado no se habían derretido, cosa que parecía irreal. Apenas tenía algo quemadas las mangas de su abrigo estaban quemadas, revelando unos brazos blancos de piel pálida. El encapuchado se volteo y la miro. Ashley seguía sin poder ver su rostro, pero sentía que de algún modo ambos hacían contacto visual. Ella se sentía débil, cansada, como si el peso de semanas la golpeara. Su cabeza volvió a chocar contra el suelo. Mientras su visión se volvía cada vez más oscura, vio como el encapuchado se acercaba caminando a ella.
Mientras perdía la conciencia recordó aquellas noches cuando niña, poco después de la monumental pelea entre Atlas y Zeus, en las que no podía dormir. Solía pedirle a su madre que le leyera comics de superhéroes como si de cuentos para dormir se tratara. Recordó en específico una noche en la que se negaba a dormir… - Mamá ¿Porque el héroe aun no aparece? – pregunto la pequeña Ashley. – El malo ya apareció…pero el héroe aun no… ¿Quién detendrá al malo? – Porque…. A veces, cariño… – empezó a decir su madre. – El héroe llega al final…