En alguna parte de la ciudad de New York, un edificio iluminaba la noche. En uno los apartamentos ubicados en uno de los pisos más altos se encontraban durmiendo una pequeña niña. Pensarías que nada podría interrumpir el sueño de una dulce niña, pero la noche es cruel en la gran ciudad y esta tenía otros planes para aquella pequeña.
Ya era media noche cundo su padre interrumpió en su cuarto. Sin prender la luz, su padre corrió hasta llegar a su cama y la sacudió hasta que ella se levantó. La niña se froto los ojos hasta que la imagen borrosa de su padre se aclaró. Antes de que pueda decir algo, su padre se acercó a su oído y susurro:
-shhh…Él está escuchando
A la niña le desconcertó lo que su padre susurraba, pero aun a su corta edad pudo notar el temblor en su voz, el sudor frio de su frente y los ojos rojos por las lagrima. Su padre, su figura paterna, su héroe, estaba frente a ella, temblando por el miedo.
-Tenemos que irnos, cielo. – susurro su padre una vez más. - tu mamá está esperándonos.
La niña se puso sus pantuflas y antes de que pudiera dar un paso su padre la jalo con brusquedad del brazo arrastrándola hasta la sala. No entendía porque su padre ansiaba salir de casa, pero empezaba a sentir como su miedo se contagia a ella. Entonces lo recordó. ¿Cómo pudo olvidar algo tan importante? Planto sus pies en el suelo y jalo a su padre.
- ¡Pelusa! – grito la niña – ¡olvide a pelusa! La niña se soltó y trato de correr de regreso hacia su habitación, pero su padre la tomo del brazo, tan fuerte que la niña sintió que le hacía daño.
- ¡NO ¡– grito su padre – tenemos que- Su padre dejo de hablar. Entre toda esa oscuridad, la niña noto una luz roja. Ella volteo hacia la ventana. Allí parado afuera de la venta había un hombre volando. Los miraba, a ella y a su padre con aquellos brillantes ojos rojos.
- ¡un superhéroe ¡– exclamo la niña mientras apuntaba al hombre volador. – mira papá, un superhéroe. Ella sonrió de oreja a oreja. Jamás había visto uno desde tan cerca. Miro a su padre esperando compartir su emoción con él, pero su padre no sonreía. Observaba al hombre volador con la misma con terror. La niña vio como de los aterrados ojos de su padre empezaron a brotar lágrimas. La niña volvió a ver a aquel hombre flotando afuera de su ventana. Los ojos carmesíes de aquel hombre empezaron a brillar de forma más intensa. Incluso a su corta edad logro formular una pregunta que pocos se hacían hoy en día cuando veían a algún hombre o mujer surcar los cielos.
- ¿es un héroe…verdad?...