Silencio.
Lágrimas comenzaron a caer incontrolablemente de los ojos de Jade mientras agarraba su vestido en las rodillas... su pequeño cuerpo temblaba mientras intentaba mantenerse en silencio.
Sin embargo, los ojos de Dyon no contenían piedad ni arrepentimiento por las palabras que acababa de pronunciar.
De repente, Celine se levantó violentamente.
Su manifestación floreció, un halo de luz cegadora flotando sobre su cabeza. Sin embargo, la característica más impactante del halo eran las pequeñas alas a cada lado de él.
El cabello y los ojos dorados de Celine brillaron más profusamente mientras señalaba con un dedo a Dyon, demasiado enfadada para hablar.
Dyon dirigió una mirada fría hacia ella —Si tienes algo que decir, dilo. Y asegúrate de que no te arrepientas después de que yo termine. Asegúrate de no implicar a la familia Ingram en mi ira.
