Así que... desahogó. Escribió sobre todos sus problemas, enviando texto tras texto a Dyon. Sabiendo que no recibiría respuesta, pero de alguna forma sintiéndose mejor al saber que él estaría en algún lugar leyendo lo que ella tenía que decir...
En su cabeza, imaginaba su voz calmada y tranquilizadora diciéndole que era tonto preocuparse tanto... que en solo unos meses más, se verían el uno al otro, y nada más importaría.
**
Dentro del Valle de los Reyes Muertos, Dyon y Ri habían pasado el mes completamente incapacitados.
Ambos yacían paralelos el uno al otro, siendo vigilados por la marioneta de piedra.
Despacito, los dedos de Ri empezaron a temblar mientras ella se despertaba.
Sentándose, tomó en cuenta su entorno... pero, eso no duró mucho porque casi inmediatamente se dio cuenta de que Dyon yacía a su lado.
El ceño de Ri se frunció mientras sacudía tentativamente a Dyon.
—¿Dyon? —preguntó suavemente.
