Estirándose, Dyon se levantó para irse, cuando de repente, una voz tenue y suave resonó detrás de él.
—Así que... finalmente te estás moviendo... alguien que observara podría haber pensado que eras una estatua. Sabes que no es normal no moverse durante una semana entera, ¿verdad? Aunque no estuve aquí todo el tiempo, no es coincidencia que te encontrara en la misma posición día tras día...
Dyon se quedó paralizado en su camino para salir. No era la primera vez que Jade había intentado hablar con él esa semana pasada, pero había algo roto en su voz ahora. Casi como si algo le causara dolor.
Al ver que Dyon finalmente se detenía por algo que ella dijo, Jade sintió una pequeña felicidad en su corazón. —Sabes, eres diferente a todos los demás... tus ojos siempre fueron puros y tu determinación siempre enfocada...