Por todos los derechos, debería haber muerto, pero el Sabio Demonio lo salvó, llevándolo consigo en sus propias campañas. Arios pensó que siempre sería imposible regresar... incluso el Sabio Demonio no podía controlar el tiempo a la perfección, y menos él. Pero, parecía que finalmente había vuelto a casa.
—Iremos a ver a tu familia en no menos de un año. De hecho, si quisieras ir ahora, no te culparía —dijo Dyon mientras Arios se secaba las últimas lágrimas.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde que me fui? —parpadeó Arios.
—Ava tenía solo 18 años cuando la conocí, así que ahora debería tener 19 como máximo —pensó Dyon por un momento.
Arios parecía que acababa de escuchar la mejor noticia del mundo.
—¿Solo dos años? ¿He estado ausente solo dos años? ¡Ja-ja-ja-ja! —su risa era ligera, como si una enorme carga se hubiera quitado de sus hombros.