Las palabras seguían ardiendo en el cielo. Lo que la gente que miraba no sabía, era que no desaparecerían por un buen rato...
—Dyon sonrió para sí mismo. No era que no supiera lo que estaba pasando, sino que más bien parecía un sueño para él. No tenía idea de que su manifestación del alma hubiera resultado en tal fenómeno.
Aunque para todos los demás esto había sido un proceso sencillo, para Dyon, él estaba constantemente monitoreando la comunicación entre su aurora y su alma. La cantidad de veces que sintió que la conexión casi se rompía era demasiado grande para contarla.
