—Ri lamentaba todo. Había estado tan perdida en su emoción que puso la vida de Dyon en peligro. Aunque esta cueva era completamente segura para ella, lo mismo no se podía decir de la mayoría de las personas. De hecho, esa era la razón principal por la que los había sentado al borde de la cueva, si Dyon hubiera visto lo que estaba sucediendo dentro, podría haber muerto ya.
—Pequeño Negro levantó la mirada de su siesta con una expresión adorable y confundida, pero luego simplemente volvió a dormir, ignorando el pánico de Ri.
—Dyon miraba intensamente las luces. Eran realmente bastante hermosas. Ri parecía preocupada, pero ya era demasiado tarde para hacer algo al respecto. Pero, Dyon no se sentía diferente, por lo que le confundía que ella estuviera tan preocupada.
—Las luces comenzaron a disminuir. De repente, se podían distinguir las figuras de pequeñas mariposas flotando alrededor de la cueva, circulándolos intensamente.
