—Gracias, Hermano Miao. Vamos a agregarnos en WeChat y mantenernos en contacto en el futuro —dijo la chica.
—Claro —respondió Miao Changyu.
Después de agregarse mutuamente en WeChat, Miao Changyu le dio otra palmada en el trasero a la chica. —Si tienes algún problema en el área del Muelle Wangjiang en el futuro, ven a mí. Yo te ayudaré a resolverlo.
—Entendido, Hermano Miao —asintió ella.
—¿Han roto algo en el muelle y tú así como así la dejas ir? —preguntó Lin Yi.
Las dos personas que estaban a punto de irse tenían expresiones feas en sus rostros cuando vieron a Lin Yi.
—¿Qué tiene que ver eso contigo? —dijo con desdén la mujer alta mientras se envolvía en su toalla.
—No estoy hablando contigo —respondió Lin Yi, volviéndose hacia quien estaba a cargo, Miao Changyu.
—Bro, soy el gerente operativo del Muelle Wangjiang. Si pagan o no, eso no te incumbe, ¿verdad? —intervino Miao Changyu con cierto aire de autoridad.
