Después de que Solana se enteró de Vaan Raphna y Vahn Cadieux, sus labios se contrajeron cuando miró hacia atrás a Dahlia.
—Te estás aprovechando de mi gente y te atreves a decir que no quieres problemas? ¿Estás bromeando? —Solana pensó en silencio con el ceño fruncido.
No obstante, decidió echar un vistazo al contenido de la carta primero. Valía la pena al menos echarle un vistazo ya que venía de Vaan.
Además, la carta de Vaan despertó su interés.
Tenía curiosidad por saber cómo una sola carta podría convencerla de permitir que Dahlia continuase con su negocio a costa de los intereses de su propia gente.
Cuando Solana abrió la carta y observó el contenido, inmediatamente se sintió intrigada por el complejo plano del edificio.
Tenía un diseño de edificio exquisito, diferente a cualquier otro que hubiera visto antes; era único y asombroso, como si fuera una obra de arte.