—¿Estás bien, Directora Astoria? ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tu reacción de repente se ha vuelto tan lenta? —preguntó Ember con preocupación y duda.
—Estoy bien, Marqués Ember. Una herida superficial como esta no es nada de qué preocuparse —respondió Astoria con calma mientras se alejaba de la Bruja Caída Elvira—. Solo me sorprendió un poco el nombre Van Helsing.
—¿Eso otra vez? —Ember le dio a Astoria una mirada de impotencia y dijo:
— Estás demasiado obsesionada con Vaan Raphna y cualquier cosa relacionada o que te recuerde a él
—¿Crees que tienes el lujo de distraerte cuando estás frente a mí!? —Las palabras de Ember fueron interrumpidas cuando se vio forzada a recibir de manera apresurada el hechizo de agua negra entrante de la Bruja Caída Elvira con un escudo de llamas condensadas.
¡Boom!
—Ember fue lanzada volando por el impacto de la colisión de dos hechizos, seguido de una explosión, que la empujó aún más rápido.
¡Bam!
