Mientras Louise estaba perdida en el mundo del placer, Sabrina, Alicia y Cassandra se sintieron muy curiosas sobre la situación detrás de la cortina que las separaba.
Sin embargo, los gemidos de euforia de Louise resultaron ser más contagiosos de lo anticipado.
Como Sabrina, Alicia y Cassandra habían experimentado las habilidades de Vaan, podían imaginarse fácilmente en la posición de Louise mientras Vaan les hacía el amor. Eso las excitaba y las humedecía.
Al final, los gritos de dicha de Louise resultaron ser demasiado estímulo para ellas. No pudieron evitar comenzar a tocarse para aliviar el nefasto fuego del deseo.
Después de que Louise alcanzara el clímax siete veces, pareció perder el último vestigio de su energía. Su cuerpo se relajó mientras se quedaba dormida con una sonrisa satisfecha.
Siete orgasmos parecían ser el límite para las jóvenes brujas inexpertas.