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Después de aceptar entrar en la academia, Vaan y Helia Ashenborn disfrutaron de su comida mientras charlaban tranquilamente.
Mientras Vaan llenaba su estómago, la comida espiritual, que era similar a una medicina de calidad, nutría su cuerpo. Mejoraban su salud y fortalecían sus capacidades físicas.
No era algo que pudiera disfrutar un plebeyo, ni algo que cualquier familia noble pudiera disfrutar todos los días.
Vaan estaba seguro de que Helia Ashenborn estaba consumiendo su riqueza para mantener su salud.
Manteniendo el resto de su cuerpo saludable, al menos podría retrasar la propagación de las esporas antimágicas de segunda etapa que se fusionaron con sus manos.
Sin embargo, Vaan no evitó la comida por eso. Después de comer hasta saciarse, Vaan se excusó del Gran Salón y regresó a su habitación de invitados para pasar la noche.
Mañana, Vaan iba a visitar la academia.
