—Esto es... —La mirada de Vaan se volvió seria cuando Helia Ashenborn se quitó los guantes de seda, revelando la piel púrpura que cubrían.
—La Maldición de la Umbala Morada, en su segunda etapa. Al principio, no era tan malo, solo la usual interrupción del flujo de mana, afectando el éxito al lanzar hechizos de magia. Pero luego, evolucionó, fusionándose con el cuerpo —explicó Helia Ashenborn.
Vaan frunció el ceño mientras miraba las manos moradas de Helia Ashenborn.
Tal como mencionó Helia Ashenborn, las esporas antimágicas parecían haberse fusionado con su mano, alterando la estructura de su mano, incluyendo su hueso, músculos, ligamentos y vasos sanguíneos.
—¿No es doloroso, Lord Helia? —preguntó Vaan después de un breve momento antes de añadir—, ¿Cómo evolucionó a tal etapa? He estado en Ciudad Solcumbre, y ninguno de los residentes que he encontrado mostró tales síntomas.