Zhang Tianhao lucía un poco tenso y avergonzado cuando Liu Bingyao pasó por su lado sin siquiera mirarlo.
Sin embargo, se consoló a sí mismo fingiendo que Liu Bingyao siempre había sido así con todo el mundo.
No obstante, sintió que algo andaba mal al momento siguiente cuando se dio cuenta de que Bingyao se dirigía hacia donde estaba Tang Hao.
Tan pronto como se dio vuelta, vio a Liu Bingyao saludando a Tang Hao con una gran sonrisa y pasándole el helado que tenía en la mano.
Inmediatamente después, sintió como si su cuerpo entero se hubiera adormecido al ser golpeado por un relámpago.
No era el único. Liu Junjie, así como Li Qiaoqiao, estaban atónitos ante la situación.
Tenían la boca bien abierta y los ojos parecían salirse de sus órbitas. Era como si hubieran presenciado la escena más insondable del mundo.
—¿Qué... diablos está pasando? —La expresión de Liu Junjie se volvió en blanco.