—¿Cuál es tu nombre, amigo? —preguntó Hu Huaichun cortésmente.
En sus ojos, el joven debía tener un gran médico como maestro. Eso era lo que le había otorgado habilidades de observación increíbles y una receta milagrosa.
—¡Mi nombre es Tang Hao! —dijo Tang Hao con calma.
—¡Tu apellido es Tang, dices! —frunció el ceño Hu Huaichun—. No conocía ninguna familia de médicos cuyo apellido fuera Tang.
—Doctor Divino Tang, sobre la hierba de cáñamo sangriento... —dijo Tang Hao.
—¡Oh! ¡Ya no la necesito! ¡Puedes llevártela! —dijo Hu Huaichun con urgencia—. Su rostro se enrojeció nuevamente.
Fue humillado en público debido a esa hierba.
Tang Hao pagó por las hierbas, luego salió del mercado.
Se montó en una minivan y se dirigió hacia el oeste de la Ciudad Provincial.
La minivan abandonó los límites de la ciudad. Media hora después, se divisó una cordillera. La Aldea Dirtclod estaba ubicada en alguna parte de esas montañas.
