Mucha gente se reunió frente al dormitorio femenino.
Chicas que pasaban y también aquellas que salían del edificio fijaron su mirada en el apuesto joven que se apoyaba en el Mercedes Benz.
Ese chico no era otro que Fang Qiming, el presidente del consejo estudiantil.
Era el Príncipe Encantador de los sueños de muchas chicas, con un aspecto extraordinario, un estatus elevado y un trasfondo familiar adinerado.
Después de que la emoción decayó, la mirada de muchas chicas destelló con envidia.
—El Presidente del Consejo Fang debe estar aquí de nuevo por ella.
—¡Suspiro! No sé qué tiene de bueno ella. Si fuera yo, ¡aceptaría salir con él sin dudarlo!
Las chicas discutían entre ellas indignadas.
Tang Hao estaba cerca. Le echó un vistazo a Fang Qiming.
«¡Debería ser popular entre las chicas!» Pensó.
Luego, miró su teléfono de nuevo. No había noticias de Liu Bingyao.
Guardó el teléfono en su bolsillo y esperó pacientemente.
