El ambiente en el salón de bodas era festivo.
Los invitados seguían llegando. Todos estaban vestidos lujosamente para lucir sus riquezas. Era un gran contraste con Tang Hao.
A medida que llegaban más y más invitados, el salón se llenaba más. La mesa de Tang Hao estaba en el medio del salón, que ya estaba lleno.
Tang Hao y Shi Dazhu charlaban mientras esperaban sentados.
Su tía, Wang Guifen, se acercó.
Llevaba una amplia sonrisa en su rostro mientras saludaba a los invitados que llegaban.
—Oh, Jefe Liu, ¡estás aquí! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo van los negocios?
—¿No es este el jefe Hu? Oh, ¿es tu nieto? ¡Es tan lindo! Será un joven guapo cuando crezca. ¡A muchas chicas les gustará!
Los invitados también devolvían los saludos con sonrisas.
—¡Tu familia está bendecida! ¡Tienes un hijo excepcional, y se está casando con una esposa hermosa y diligente! ¡Qué envidia!
Los saludos de los invitados eran halagadores. Sin embargo, también eran sinceros.
