—¿Gran Maestro Chacha? —La voz al otro lado de la llamada sonaba sorprendida. Incluso sonaba un poco temerosa.
El Gran Maestro Chacha no era una persona normal. Era un chamán misterioso de Nanyang y podía controlar fuerzas sobrenaturales. No era un simple mortal de ninguna manera.
El Gran Maestro Chacha era conocido por criar espíritus infantiles y lanzar maldiciones.
Para la gente normal, serían respetuosos, o incluso temerosos, de personas que manejaban tal poder sobrenatural.
—¿Estás seguro de que vamos a involucrar al Gran Maestro Chacha? —Esa persona dudó.
—¡Por supuesto! ¡Quiero que ese bastardo muera! ¡Espero que lo maldigan para que sufra unos días antes de morir en una agonía extrema! —Luo Feng dijo de manera maliciosa.
La otra persona se estremeció.
Había presenciado cómo una persona maldecida por el Gran Maestro Chacha había muerto en un dolor indescriptible. Esa escena no era nada menos que una pesadilla.
—¿Por qué, tienes miedo? —Luo Feng se burló.