La larga noche finalmente había terminado.
El sol ya estaba arriba cuando Tang Hao salió de la estación de policía.
Tang Hao fue a la azotea de un rascacielos. Había pasado una noche, y la Calabaza de Purificación del Alma debería haber hecho su trabajo.
Desenchufó el corcho. Una nube de humo apareció con un 'puf', y luego el humo se condensó en la silueta de una chica. Llevaba un vestido rojo y era tan encantadora como en la fotografía.
Antes de esto, su rencor hacía que su expresión pareciera aterradora. Después de la purificación, se veía gentil y tranquila.
Ella miró a Tang Hao y suspiró —¿Por qué me detuviste? ¡Ese Qian Yifei merecía morir!
Su alma podría estar purificada, pero los recuerdos permanecían.
—No te preocupes, recibirá su merecido castigo. Ha sido arrestada por la policía. Cheng Zhijie también, y su padre ha caído en desgracia —dijo Tang Hao.
