Tang Hao y el Capitán Zhou se pusieron en alerta inmediatamente cuando escucharon a alguien pidiendo ayuda.
El Capitán Zhou avanzó y derribó la puerta, entonces todos se precipitaron hacia la habitación.
La habitación estaba envuelta en una densa niebla de humo de cigarrillo. Siete u ocho jóvenes hombres y mujeres estaban sentados alrededor. Uno de los hombres estaba sentado encima de una chica de finales de la adolescencia. Sus manos estaban por todos lados, sus intenciones perversas claramente vistas por todos.
La joven estaba en pánico. Luchaba con todas sus fuerzas y seguía pidiendo ayuda.
Mientras tanto, las personas sentadas a su alrededor actuaban como si estuvieran viendo una película. Algunos de ellos se reían al ver la escena, y algunos incluso sacaban sus teléfonos para tomar fotos y vídeos.
—¡Paren! —Los ojos del Capitán Zhou estaban a punto de salirse de sus órbitas cuando vieron eso.
