Mientras los generales demonio salían de la sala del trono, uno por uno, me recosté en mi asiento, dejando que el silencio llenara el espacio vacío que habían dejado atrás. Mi sonrisa, la que siempre usaba para mantener mi superioridad, se desvaneció lentamente, reemplazada por una expresión pensativa.
Todo está yendo según lo planeado.
Los héroes están en camino, las razas comenzarán a unirse, y eventualmente, me enfrentarán. Una vez que todo termine, cuando sus espadas estén cubiertas de la sangre de mis generales y mi propio cuerpo haya caído, este mundo finalmente estará listo para sanar.
Y ellos… volverán a casa.
Esa era la verdad que había plantado en sus corazones, la esperanza que los empujaba a avanzar. Pero lo que no les conté, lo que nunca les diré, es que no hay un "regreso a casa".
Porque sus cuerpos no están esperando por ellos.
Solo su alma fue transportada a este mundo. Sus cuerpos… quedaron atrás, fríos y sin vida.
En el mundo original: El silencio tras la tragedia
El auditorio estaba sumida en un caos absoluto cuando ocurrió. Los estudiantes que no fueron elegidos para la invocación gritaron al ver cómo sus compañeros comenzaban a brillar con una luz cegadora. Los gritos se mezclaban con el sonido de las sillas cayendo y los pasos apresurados de los que intentaban entender lo que estaba pasando.
En un rincón, un profesor observaba con horror cómo los cuerpos de sus estudiantes comenzaban a desplomarse, uno tras otro. Al principio, pensó que se trataba de un simple desmayo, pero al acercarse al primero, se dio cuenta de la terrible verdad.
—¡No hay pulso! —gritó, retrocediendo con el rostro pálido.
El lugar quedó en completo silencio por un momento, antes de que los gritos volvieran con más fuerza.
Los estudiantes corrían de un lado a otro, algunos intentando sacudir a sus amigos caídos, mientras otros simplemente se quedaban congelados en el lugar, incapaces de procesar lo que veían.
En el centro del auditorio, donde había estado Akihiro, su cuerpo yacía en el suelo, con los ojos cerrados y una expresión de calma que contrastaba con el caos a su alrededor. Cerca de él, el cuerpo de Hideaki estaba inclinado sobre una silla, una mano aún sosteniendo su hoja de discurso, como si no hubiera tenido tiempo de reaccionar antes de que todo terminara.
Akane, Lia, Nami, Amelia… todos los que fueron elegidos para la invocación estaban allí, inmóviles, como muñecas abandonadas.
En cuestión de minutos, el colegio entero se sumió en una pesadilla. La policía fue llamada, pero incluso ellos no sabían cómo proceder. Los médicos confirmaron que todos los cuerpos estaban sin vida, pero no podían encontrar una causa evidente de muerte. No había heridas, no había signos de envenenamiento. Era como si sus almas simplemente hubieran desaparecido.
—¿Qué… qué está pasando aquí? —preguntó el director, temblando mientras observaba los cuerpos alineados en el gimnasio, cubiertos con mantas blancas.
Los rumores comenzaron a extenderse rápidamente. Algunos decían que era un ataque biológico, otros hablaban de un fenómeno paranormal. Pero nadie podía imaginar la verdad: que esos estudiantes no estaban muertos, sino que habían sido transportados a otro mundo, dejando atrás sus cuerpos vacíos.
POV – Della: Una verdad que nunca sabrán
Cerré los ojos, recordando ese momento. Pude sentir cuando sus almas cruzaron el umbral entre los mundos, cuando dejaron atrás sus cuerpos mortales y entraron en mi dominio. Fue un proceso delicado, una invocación que requirió cada fragmento de poder que había acumulado durante siglos.
Ellos creen que tienen un hogar al que regresar. Creen que todo esto es temporal, que están luchando por un futuro en el que puedan volver a abrazar a sus seres queridos.
Una risa suave escapó de mis labios, llena de amargura.
Qué ingenuos.
Cuando todo termine, cuando el mundo esté unido y la guerra haya cesado, sus almas se disiparán, convirtiéndose en parte del tejido mismo de este mundo. Serán los cimientos de una nueva era, un sacrificio que nadie más podría hacer.
Yo no elegí este destino para ellos. Ellos lo eligieron al ser invocados.
Me levanté de mi trono, caminando hacia una de las ventanas que daban al vasto paisaje más allá de mi castillo. La tierra estaba envuelta en sombras, los campos teñidos de un rojo oscuro por la luz de mi reino.
No hay redención para mí, ni para ellos. Pero hay esperanza para este mundo. Y eso es suficiente.
Con esa última reflexión, mi sonrisa volvió, fría y calculadora, mientras observaba el horizonte. La partida había comenzado, y cada pieza estaba en su lugar.
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Epílogo
Las semanas que siguieron a la tragedia en el colegio estuvieron marcadas por el caos y la incertidumbre. Lo que al principio parecía un evento aislado pronto se convirtió en un misterio nacional, cuando comenzaron a surgir reportes de incidentes similares en otros lugares.
Escuelas en diferentes partes del país reportaron la misma escena inquietante: estudiantes colapsados en sus aulas, sin signos de vida ni causa aparente de muerte. Los patrones eran consistentes: en cada caso, los cuerpos pertenecían a adolescentes, y los eventos ocurrían al mismo tiempo, dejando una estela de preguntas sin respuesta.
Los medios cubrieron la noticia con fervor, alimentando la paranoia colectiva. Los titulares hablaban de una "misteriosa epidemia" que afectaba exclusivamente a jóvenes, pero los científicos no podían encontrar ninguna prueba de virus, toxinas o condiciones médicas que explicaran las muertes.
Entonces surgió una conexión inesperada.
En más de una ocasión, los padres y compañeros de los fallecidos mencionaron un extraño punto en común: todos los afectados habían participado en una prueba beta de un juego de realidad virtual lanzado días antes de las muertes.
El juego, que solo estuvo disponible por tiempo limitado y en una cantidad extremadamente reducida, se había anunciado como una experiencia revolucionaria. Sin embargo, tras el incidente, la compañía detrás de su desarrollo desapareció sin dejar rastro, al igual que cualquier registro oficial del producto.
Los pocos detalles que se conocían del juego parecían casi fantásticos. Según los rumores, los jugadores hablaban de una voz en el juego que les otorgaba habilidades especiales, y algunos incluso afirmaban que esa voz les hacía sentir como si hubieran sido elegidos para algo mucho más grande.
300 estudiantes.
Ese era el número exacto de personas que habían muerto en circunstancias idénticas. La coincidencia con la cantidad de copias distribuidas del juego no pasó desapercibida, pero sin evidencia tangible, la conexión nunca pudo ser probada.
Los investigadores trabajaron incansablemente, pero cada pista los llevaba a un callejón sin salida. Finalmente, el caso se cerró, etiquetado como una serie de "muertes inexplicables". Sin embargo, las teorías conspirativas y los rumores no se detuvieron.
Con el tiempo, el evento se convirtió en una leyenda urbana. Las historias hablaban de un juego maldito, una prueba beta que atrapaba las almas de quienes jugaban, transportándolos a otro mundo. Algunas versiones decían que los estudiantes aún estaban vivos, luchando en una guerra en un lugar desconocido, mientras que otras afirmaban que sus almas estaban atrapadas para siempre en un limbo virtual.
Décadas más tarde, el mundo parecía haber olvidado el incidente. Pero entonces, el juego reapareció, esta vez como un lanzamiento oficial para todo el mundo. Publicitado como una experiencia inmersiva sin precedentes, el título llamó la atención de millones de personas.
Nadie sabía de dónde provenía el juego ni quién lo desarrollaba, pero su llegada generó un furor global. Las advertencias de los más supersticiosos fueron ignoradas, y los rumores sobre las tragedias del pasado se convirtieron en meras anécdotas, historias que la mayoría consideraba ficticias.
La humanidad nunca conocería la verdad.
Para ellos, todo era una leyenda urbana. Un mito sobre un juego que nunca existió, un recuerdo distorsionado de algo que no podían comprender. Pero para aquellos que aún guardaban las cicatrices de lo que sucedió, sabían que la verdad era mucho más oscura de lo que cualquiera podría imaginar.
Porque mientras la humanidad jugaba, despreocupada, en ese mundo virtual… los 300 elegidos seguían allí, luchando, sacrificándose. No eran leyenda. Eran reales.
POV – Della: El precio de un nuevo mundo
Desde mi trono, observé las llamas de las antorchas danzar en la oscuridad de la sala. Ellos creen que esto es un sacrificio, pero nunca entenderán cuán profundo es.
Mientras las razas de este mundo comienzan a unirse, los héroes lucharán con la esperanza de regresar a sus hogares, sin saber que esos cuerpos que dejaron atrás ya no les pertenecen.
Sus almas ahora son parte de este mundo. Y cuando llegue el momento, se disiparán, convirtiéndose en los cimientos de una nueva era.
Una sonrisa fría cruzó mi rostro.
Ellos no necesitan saber la verdad. No ahora. No mientras aún crean en el propósito que les he dado.
La partida estaba en marcha, y cada pieza jugaba su papel a la perfección.