Las gotas golpean su pequeño cuerpo sin parar, constantemente en su piel, su cabello, empapado, se pegaba a su piel, cuello, frente y rostro. Pero no le prestaba atención, lo único que hacía era mirar al suelo, al igual que las interminables nubes grises en el cielo lo hacían con ella.
Observando, abajo todo era normal como cualquier otro día, había poca gente caminando por culpa de la lluvia, pero los autos seguían pasando constantemente. La gente seguía su curso como lo hacían todos los días, como lo hicieron ayer, como lo harán mañana.
Ella sabía que nada cambiaria, siempre lo supo, desde el principio, pero por alguna razón, en este momento, la hacía sentir molesta. Se sentía frustrada consigo misma y con el mundo, convencida de que nada cambiaría nunca.
Mirando al cielo, al mar de nubes grises, de alguna manera la hizo sentir reconfortada, quizás porque sentía que la acompañaba en su estado de ánimo, quizás porque siempre le gusto la lluvia, quizás porque de alguna manera, las gotas constantes la hacían sentir abrazada.
Así, bajo el tierno y a la vez frio brazo de la lluvia, estaba dispuesta ella también a abrazar esa frialdad que le cubría todo el cuerpo. Quizás porque ya no pensaba más en nada, sintió paz por primera vez en mucho tiempo.
Cerrando los ojos y limpiando su mente, era hora de terminar todo, era hora de ser libre.
"DETENTE!!"
De repente, cuando sentía que su cuerpo iba cediendo a la gravedad, algo que no eran las frías gotas de lluvia en su espalda, sintió un agarre fuerte y un poco duro que la empujo hacia atrás, haciendo que caiga de donde estaba parada hace un momento.
Sorprendida por este repentino acontecimiento, solo pudo mirar confundida y sin palabras lo que estaba sucediendo ahora mismo.
Delante de ella se encontraba un chico arrodillado completamente empapado mirando al suelo intentado recuperar la respiración. Después de un momento de descanso el chico volteo su cabeza hacia ella con una mirada dura y penetrante
"¡¿Que tratabas de hacer!? ¡No tienes que hacer esto!"
Dejándola sin palabras ante la reprimenda y enojo del chico, no sabía que responder, solo pudo observar esos ojos tan serios que tenía, que por un momento la dejaron a aturdida.
Sin saberlo, este día marcaría un antes y un después en su vida, en un futuro incierto que estuvo a punto de cortarse.