Chereads / Sueños y Escarcha / Chapter 3 - El Comienzo de Algo (2)

Chapter 3 - El Comienzo de Algo (2)

En medio una terrible ventisca helada que helaba hasta los pulmones con solo respirar, había un joven con la mirada ligeramente soñolienta.

Respirar era incomodo, pero no doloroso.

El paisaje completamente blanco que se extendía por kilómetros. La nevada era tanta que Noah no podía distinguir qué era el cielo, el suelo o el horizonte.

Cuando la ventisca amainó, el joven se encontró de pie sobre una una superficie acuosa qué recordaba a un estanque congelado, pero sin estar realmente congelado. Alto en el cielo, brillaba un gran sol blanco, que en lugar de emanar calor, por el contrario, hacía que todo fuera mucho más frío.

La gélida mirada azul de Noah se fijó más allá en el cielo, más allá del sol blanco, donde se alzaba una gran Constelación de estrellas qué brillaba en el cielo diurno.

Suspirando suavemente y contemplando la belleza de tal espectáculo celestial a pesar de que estaba viendo las estrellas a plena luz del día, Noah continuó estudiando el lugar.

En el horizonte, lejos, demasiado lejos, no importaba cuanto caminara el joven sobre la acuosa y fría superficie, no parecía disminuir la distancia, se alzaba un enorme pilar de hielo, magnífico y altivo, como si mirara todo con fría altanería.

Noah pareció ver algo más, pero una extraña y espesa niebla le impedía ver más allá de ese pilar.

"Este sueño otra vez..." pensó con algo de aburrimiento.

Noah ya había perdido la cuenta de cuantas veces había tenido este sueño en los últimos meses, pero cada vez era más recurrente.

"(Te doy 100 años.)" Una magnífica y poderosa voz resonó por todo el lugar, haciendo temblar los tímpanos del joven, dejándolos con un fuerte pitido.

Noah se llevó las manos a los oídos por un breve momento, el pitido era demasiado fuerte para haberlo imaginado. Pero el pitido paró tan repentina como vino, sin dejar rastro alguno de que había existido siquiera.

"¡...te!"

"¿Mhm?"

Algo lo llamó nuevamente.

"...¡White!"

Sí, sí, alguien lo llama.

Noah giró y comenzó a buscar con la mirada, a correr por el lugar, haciendo que la superficie acuosa se ondulara con cada uno de sus pasos.

Noah miro hacía todos lados, buscando a la persona que lo llamaba, sin embargo no vio a nadie.

El sueño se repetía una y otra vez de la misma forma, pero esta vez era diferente. Algo lo diferenciaba de todos los sueños que estuvo teniendo en los últimos meses, el sentimiento que lo embargaba en el sueño de esta noche era diferente.

Ahora se sentía más… real.

"¡White!" La voz sonaba cada vez más fuerte.

"Solo un poco más..."

"¡Noah White!"

"¿¡Sí!?"

Noah se despertó de golpe y miró ansiosamente a su alrededor.

"¿De qué me perdí? ¿Quién me llama con tanto esmero y pasión?"

Sus ojos, todavía nublados por el sueño, vagaron por su entorno buscando desesperadamente la fuente de la voz, su respiración estaba agitada y su corazón palpitaba más fuerte de lo normal. Las miradas nerviosas de sus compañeros de clase le recordaron donde estaba.

"Mierda..."

Con una risa incomoda, Noah se limpió la saliva de la boca y miró al gordo pelón que echaba humo frente suyo.

"Mierda..."

"Esta es la cuarta vez que te duermes en mi clase..." El enojo era evidente en su voz. "White, debes estar muy confiado."

"...No, Sr. Fors, para nada... yo solo-"

"¡Suficiente!"

Noah intentó explicarse, pero ante el enojo de un profesor, ninguna excusa era válida, lo cual sirvió ya que Noah tampoco tenía nada que explicar.

"De pie y al pizarrón", ordenó con voz fuerte.

Cuando Noah se levantó, escuchó el siseo y las burlas por quedarse dormido en el peor momento posible, típico de esta bola de animales llamados adolescentes.

El gordo le dio una última mirada asesina antes de darle un marcador y señalar la pizarra.

Levantó la mirada hacía el pizarrón, sintiéndose completamente despierto ahora.

"No tengo todo el día, White. ¿Puedes o no?", la molesta voz del gordo pelón rompió sus pensamientos.

Noah contuvo el impulso de rodar los ojos y su lugar sonrió de manera educada.

"El compuesto es alqueno, y la reacción es una catálisis de hidrogenación para convertir el alquino a alqueno."

Noah sintió la mirada de todos sus compañeros en su nuca. Aunque estaba acostumbrado a ser el centro de atención, esta vez se sentía mucho más humillado que de lo habitual. Después de todo, quedarse dormido en clase era algo bastante embarazoso.

Mientras escribía la reacción en el pizarrón, notó que sus manos temblaban ligeramente.

El pelón estudió su rostro antes de quitarle el marcador y enviarlo de vuelta a su asiento.

"Mierda, gordo puto, por supuesto que está bien."

Mientras el Sr. Fors volvía a su explicación, la mente de Noah comenzó a divagar, perdida en los extraños bichos similares a hollín que flotaban en el aire. Ahogó un suspiro, sabiendo que le esperaba uno que otro susto el día de hoy.

"¿Acaso son almas?" pensó mientras intentaba tocar el punto oscuro con su dedo, pero por supuesto, la alucinación fue atravesada.

La clase siguió con naturalidad, excepto por las miradas asesinas que el Sr. Fors le lanzaba a Noah cada vez que lo veía cabecear y cerrar los ojos, hasta que sonó el timbre de cambio de hora.

Cuándo todos comenzaron a salir, Noah encendió su teléfono y le dio una ojeada al horario de clases al que aún no se acostumbraba. Afortunadamente, seguía un receso de 45 minutos.

Noah guardó su celular en el bolsillo se levantó de su asiento con una sonrisa de alivio y empezó a caminar hacia la puerta, hasta que el Sr. Fors habló.

"White, quédate."

Noah detuvo sus pasos para volver a ver al barrigón que lo llamaba desde su escritorio.

"¿Sí, Sr. Fors?" Su tono educado traicionaba sus verdaderos pensamientos.

"Entiendo que te transferiste recientemente de otra escuela, y revisando tu examen de transferencia, pude observar que posees inconvenientes con temas más amplios."

"¿Viste mi examen de transferencia?"

"No olvides, es importante mantenerse al día con tu nuevo horario y adaptarse al nuevo ritmo, incluso si significa dormir unas horas más tarde. Además, que no se repita de lo hoy."

"Claro, Sr. Fors, lo siento."

El Sr. Fors le hizo un gesto con la mano, sin creerle en lo absoluto, y Noah se apresuró a salir del laboratorio.

"¿Qué fue eso?"

Al salir del laboratorio, Noah se topó con el grupo de chicos con el que se había estado juntando esta última semana. Quienes en cuanto lo vieron, se acercaron.

"¿Te importa si comemos juntos?"

"Finalmente, mi hora llegó."

***

El viento soplaba suavemente en el patio abierto, agradable con una pizca de frialdad pero sin dejar de ser cómodo.

Los bichos de hollín seguían flotando en el aire y se movían con la brisa.

Parados a unos escasos metros el uno del otro, estaban dos chicos mirándose con expresiones serias.

"¡Invocó el poder del Arcano Intermedio Azul!", gritó uno de repente antes de lanzarse sobre su oponente de manera dramática.

"¡Escudo de Géminis! ¡Ven a mí!" El otro chico respondió poniendo sus brazos en X delante de él y bloqueando el golpe de su oponente.

"¿¡QUÉ?!", gritó el atacante cuando ambos chocaron. "¡El Escudo de Géminis fue destruido durante la Guerra Doom! ¿¡CÓMO ES POSIBLE QUE ESTÉ EN TUS MANOS!?"

"¿Destruido? Es imposible que los instrumentos de las Constelaciones sean destruidos", dijo con una risa soberbia, casi maníaca.

"¿Qué? ¿En serio?"

"Sí, se reveló en la último tomo"

"Ohh."

Cuando ambos salieron de sus personajes, Noah apartó la vista para mirar su plato y clavar su tenedor en un trozo de tómate antes de llevárselo a la boca.

Después de masticar y tragar, miró a sus compañeros sentados junto a él y les hizo la pregunta que llevaba tiempo gestando en su mente nuevamente: "¿Qué fue eso?"

"Generalmente juegan con tarjetas o figuritas, hoy parece que les toca jugar con sus cuerpos."

"Eso sonó raro."

"¿Siempre son así?"

"No siempre, pero sí, es común verlos jugando por todos lados en el descanso."

"Wow, al menos parecen divertirse."

"Cambiando de tema, Sr. White-"

"Noah", lo corrigió.

"Sr. Noah-"

"Noah", lo volvió a corregir.

"...Noah, ¿cuándo fue que tu plato se vació?"

Noah miró su plato y en efecto, estaba casi vacío, solo le quedaban algunas verduras que dejó para el final.

"Mientras veía a esos chicos jugar."

"Pero solo llevamos 10 minutos aquí..."

"Ajá."

"Y era una porción grande...'

"Tenía hambre."

"Eso... eso veo."

"Y de hecho, ahora vuelvo", les dio una sonrisa y dijo: "Voy por otra porción."

El grupo lo miró estupefacto, pero Noah ya se dirigía al mostrador.

"¿Tú otra vez, hijo?", preguntó la señora que servía la comida.

Ante su expresión, la sonrisa de Noah se hizo más amplia.

Durante este tiempo, Noah había desarrollado un vínculo especial con esta mujer, más que con sus compañeros de clase. Después de todo, el delgado Noah comía dos o tres veces en cada descanso.

La señora tomó su bandeja y su plato y comenzó a llenarlas nuevamente.

"Madam, el pescado estaba realmente delicioso, ¿puedo tener un poco más?"

La señora lo miró de pies a cabeza por un rato.

"¿Seguro que te lo comiste tú?", preguntó algo dudosa. "Estas demasiado flaco..."

"Por eso como mucho, para ya no estar flaco."

La mujer sonrió con calidez y diversión antes colocar generosamente un poco más del pescado en la bandeja de Noah. "Por supuesto, cariño."

El olor a comida recién hecha llenaba el aire, despertando las papilas gustativas de Noah y haciéndolo salivar un poco.

Noah agradeció con una sonrisa antes caminar de regreso, mientras lo hacía, su mirada se detuvo de nuevo en ese extraño par.

Ya habían retomado su juego y gritaban el nombre de sus ataques antes de lanzarlo.

"Solo pégale y ya. ¿Qué es lo peor que podría pasar?", se preguntó Noah mientras los observaba imitar los movimientos de una pelea y hacer poses exageradas.

Noah comenzó sospechar que estas bandejas tenían agujeros en algún lado, porque ni bien llegó a la mesa, ya no tenía nada.

No estaba del todo lleno, pero ya le daba pereza levantarse nuevamente, cuando Noah estaba por decir algo, las expresiones de su grupo de congelaron y apartaron la mirada.

"Son tan transparentes..." pensó Noah con exasperación.

Conteniendo un suspiro amargo, esbozó una sonrisa amigable y se giró para mirar a la figura femenina detrás suyo.

"Miss Lee", dijo sin perder la sonrisa ni delatar su molestia interior. "Esta tan hermosa como siemp-"

"Ven", respondió la joven sin inmutarse por los halagos.

La ceja de Noah se crispó ante su tajante respuesta, pero su sonrisa no se apagó.

"Bien", le dijo Noah mientras se levantaba, tomando sus platos y cubiertos sucios con una mano y su mochila en la otra, despidiéndose del grupo.

Luego de dejar los platos de vuelta en el mostrador, ambos caminaron en silencio durante un buen rato, Noah unos pasos detrás de Lee.

"Después del descanso tendremos Historia juntos, ¿verdad?", preguntó en un intento de romper el silencio.

"Sí", pero la respuesta fue tan tajante como siempre.

Noah ahogó un suspiro, "que mujer tan incomoda."

Con el pesado e incómodo silencio entre ambos, Noah tenía ganas de dar vuelta e irse, pero el extraño murmullo lo hizo detenerse.

"... ¿Disculpa?", preguntó. "No te escuché bien."

Sin detener sus pasos, Lee lo miró ligeramente por encima del hombro con sus ojos oscuros.

"Aunque no dije nada."

Lee miró de forma extraña antes de apartar la mirada y ver hacia adelante.

Noah miró a su alrededor, había unos cuantos estudiantes pasando el tiempo afuera de las aulas, pero no le pareció ver a alguien dirigirse a él.

"No me digas... Mierda." Noah se detuvo mientras miraba en el suelo frente a él y luego al espacio entre él y Lee.

Un largo y flacucho espectro de aspecto humanoide comenzó a acecharlo en la vuelta de una esquina.

Las risitas y murmullos se hicieron más claros y audibles.

"Hah."

Eso fue todo.

"Voy al baño."

Su anuncio dejó a Lee consternada y molesta, pero Noah no tenía deseos de escucharla, así que se giró y fue hasta el baño más cercano.

Se echó agua en la cara y se hizo el cabello para atrás. Noah miro su reflejo en el espejo frente al lavamanos y las cosas que empezaban a salir de la nada.

Además de los bichos similares al hollín flotaban casi inertes en el aire, extraños seres parecidos a peces nadaban el agua del grifo.

"Mierda..."

Los murmullos seguían, susurraban cosas que Noah no lograba comprender.

Abrió su mochila y sacó un estuche con un cepillo de dientes y dentífrico dentro.

Mientras cepillaba sus dientes, eliminando el olor de la comida de su aliento, el maldito flacucho lo miraba a través del espejo.

"Deja de ser tan malditamente espeluznante..." murmuró luego de escupir en el lavamanos y enjuagar su boca.

El alto y anormalmente delgado espectro de acercó con pasos lentos.

"Mierda... no eres re... real...", su voz ya no contenía ninguna de las notas seguras que usaba, en su lugar, una voz patética y temblorosa salió de su boca.

"N-No e-eres real..." no sabía si quería convencerse a sí mismo, o a el espectro, pero siguió repitiendo lo mismo.

Como si su patético murmullo tuviera poder, la espectral alucinación se disolvió en el aire como tinta en el agua.

Noah se quedó quieto, intentando controlar su respiración y en cuanto pudo, se atrevió a levantar la mirada al espejo.

El baño estaba vacío, tal como el espejo. El muchacho cerró por un momento sus ojos y tomó una honda respiración.

"Bien..."

Noah se enderezó lo mejor que pudo y volvió a abrir el grifo para echarse más agua en el rostro.

"Cálmate Noah, no es real, nada lo es."

Respiró hondo y miró el lugar vacío donde había estado el flacucho, luego a las partículas de hollín que flotaban en el aire.

"Sí, nada de esto es real."

Miró nuevamente su rostro en el espejo y sonrió, mostrando ligeramente sus perfectos dientes blancos.