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Por favor dime cómo vivir. Aiko-san (生き方を教えてください。愛子さん)

Oyasumi_no_hanashi
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Synopsis
Mirai Asano (浅野未来) un joven que acaba de superar un evento traumático, decide retomar su monótona vida cuado conoce a Aiko Makinohara (牧之原愛子) una chica extrovertida y alegre de su preparatoria quien le propone ser amigos. Con un alma vacía y una mente hostil, Mirai enfrentará las consecuencias de su pasado mientras su presente lo golpea sin piedad en una demostración de cuán cruel puede ser el mero hecho de existir.
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Chapter 1 - Capítulo uno: ¿A qué le temes, Mirai?

"Me preguntaba cuando vendrías"

Las palabras de la señorita Matsui resonaron en su cabeza, podía notar una mirada perturbante en el rostro de la mujer que se encontraba sentada frente a él, aún así Mirai respondió firmemente.

"Matsui-san, ve al grano por favor"

El nombre de la mujer con quien se había reunido era Shouko Matsui, una cirujana cuyo doctorado se podía apreciar claramente colocado en una de las blancas paredes de su lujosa oficina. Al escucharlo, ella frunció ligeramente el seño como muestra de desagrado.

"Basta de formalidades, sabes que puedes llamarme por mi nombre."

Shouko Matsui había sido la tutora legal de Mirai desde que él tenía 14, pero a pesar de eso, ellos no eran muy cercanos, a decir verdad Mirai actualmente no era cercano a nadie.

"Shouko-san, acerca de la mudanza..."

Shouko cruza sus piernas una sobre la otra, vistiéndolas con medias negras translúcidas que las cubren por compelo, mientras se acomoda las gafas situadas en sus ojos azules celeste responde con un tono serio.

"Sabes que no se trata de eso, aunque no puedo evitar pensar que irte a vivir solo a otra ciudad bajo la excusa de que ayudará a responsabilizarte sea algo precipitado, ese no es el motivo por el que te pedí que vinieras..."

Mirai sintió como la voz de Shouko se tornaba preocupada al hablar. Sobre su asiento, él trataba de permanecer firme mientras ella continuaba.

"Quiero que hablemos seriamente... durante los últimos días de las vacaciones de invierno te comportaste de manera extraña, no salías de tu habitación, apenas comías algo y comenzaste a evitar a todos... y al ver que hace poco me dijiste que querías mudarte... sabía que algo no estaba bien..."

Al expresarse, Shouko apretaba los puños... como si se culpara de algo desde lo más profundo de su corazón.

"Sé muy bien que no soy tu madre y que nunca hemos sido cercanos ya que trabajo demasiado... pero puedes contarme acerca de aquello que te preocupa... ¿Es acerca de tu madre? Si hubiera sabido que seguías afectado por eso después de tanto tiempo entonces yo..."

Mirai interrumpió a Shouko con tono ligeramente hostil, antes de que pudiera terminar de expresarse.

"¡No!... no se trata de eso... yo estoy muy agradecido por todo lo que has hecho por mi, de cómo me acogiste en tu casa... y te ofreciste a apoyarme económicamente hasta graduarme de la universidad, pero estoy bien... en serio, no hay nada de que preocuparse"

Shouko no parecía estar satisfecha con su respuesta, ella podía notar dolor en su mirada, sentía lástima por él... y quería ayudarlo, no quería que se sintiera así... inclinándose sobre su asiento, toma la mano de Mirai, quien observaba el suelo.

"Mirai... yo"

Mirai se levantó repentinamente del sofá colocado con exactitud frente al mueble donde se encontraba Shouko, después de sentir como sus manos dejaban de tocarse, Shouko recogió y arregló su largo cabello castaño en una cola de caballo con sus frágiles manos, en un intento por mantener la compostura.

Pero Mirai no le dió importancia y se dirigió a la bella puerta del cuarto en donde se encontraban, una vez que giró el picaporte, sus oídos fueron golpeados por una frase extrañamente familiar para él.

"No fue tu culpa Mirai"

Parado... con su mano apenas abriendo la puerta que lo llevaría a escapar... Mirai se había congelado por un monto, de espaldas a la señorita Shouko sentía como su mirada le apuñalaba la columna vertebral, apretó su pecho tratando de mantenerse firme, recuperando la movilidad de su cuerpo y saliendo rápidamente de la habitación donde ambos se encontraban.

"Mirai..."

No se detuvo... siguió caminando, atravesando el interior de lo que había sido su hogar estos últimos dos años. Con cada paso, memorias y recuerdos de dolor, tristeza, llanto y sufrimiento invadían su mente a una velocidad peligrosa... sentía que debía salir de ahí cuanto antes.

A pesar de verlo irse en tal estado, Shouko no lo siguió... pensó que sería mejor dejarlo tranquilo y no presionarlo... ya que con el tiempo él estaría listo para contarle todo lo que retiene en su interior.

Mirai finalmente logró salir de aquella casa que parecía quererlo hacer sufrir y con paso firme, al atravesar el gran portón de acero que limitaba el territorio del hogar del exterior, por fin llegó a la calle, miro hacia atrás... observando el exterior de la mansión de la que escapó y soltó un último suspiro antes de continuar su camino.

Atravesando las calles de Atsugi en dirección a la estación de tren, Mirai observaba la decoración navideña que permanecía en las tiendas y locales a pesar de ya ser enero, al llegar a la estación... con una mirada vacía, como si no yaciera vida en sus ojos, sintió como trozos incompletos de recuerdos impactaban en su hipocampo antes de tomar el primer tren a Isehara, donde ahora él residía, estaba claro que había algo relacionado a los trenes que no quería recordar.

Después de un viaje de media hora en tren, llegó a la estación de Isehara. Isehara, al igual que Atsugi, es una ciudad en la prefectura de Kanagawa localizada en la isla de Honshu, en la región de Kanto, Mirai se había mudado allí hace pocos días ya que creía que necesitaba retomar su vida en otro lugar. Una vez allí, desde la estación, le tomó al rededor de unos 10 minutos a pie dar con un pequeño complejo de apartamentos, este contaba con dos pisos y cada uno tenía cuatro departamentos pequeños.

Su departamento se dividía en tres secciones las cuales conformaban el baño, la cocina y un gran cuarto en el que estaba situado un refrigerador, un futón una mesa y una televisión modesta, no era algo especialmente grande, pero se sentía confortable y tampoco es que tuviera el suficiente tiempo para buscar algo mejor, después de todo mañana empezaría el nuevo año escolar.

Mirai pasó el resto del día preparándose para su primer día de clases del año, el cual sería en una preparatoria diferente. Sorpresivamente la señorita Shouko no hizo demasiadas preguntas cuando él le pidió de favor que hiciera los trámites para cambiar de colegio, aunque su primera impresión fue de preocupación, eventualmente cedió a su petición.

Al día siguiente degustó un desayuno ligero, unas tostadas untadas con mantequilla y un vaso de leche caliente, y después de cepillarse los dientes se vistió con el uniforme escolar de la preparatoria Sagakihara, el cual consiste en una camisa blanca de manga larga con una corbata color roja y sobre estas un saco negro abotonado, la parte inferior lo componía un pantalón azul oscuro y unos zapatos escolares marrones. Aunque el uniforme podría ser sometido a ligeras modificaciones por los alumnos Mirai solo optó por llevar el saco desabotonado ya que a pesar de estar en temporada de invierno Mirai no sentía frío alguno.

Tomó la mochila rectangular de color azul oscuro situada en el suelo de su departamento y la colocó en uno de sus hombros haciendo uso de los largos tirantes de la mochila. Al salir de su apartamento, caminó por las bellas calles de Isehara, impaciente por llegar a su nuevo colegio. Después de una caminata de unos 15 minutos mientras visualizaba a otros estudiantes que se dirigían en su misma dirección, Mirai llegó a su destino.

Sagakihara era la principal preparatoria de Isehara y la única de servicio público, contaba con tres pisos y alrededor de mil estudiantes de primer, segundo y tercer año en total, poseía numerosos clubes gestionados por los propios estudiantes así como terrenos de atletismo, cancha de fútbol, voleibol, baloncesto además de piscina.

En la entrada, Mirai se quedó unos segundos apreciando el lugar y los grupos de alumnos que reían y hablaban entre ellos mientras caminaban hacia el interior de las instalaciones. Tomando todo el aire que podía de golpe, comenzó su camino hacia su clase.

A Mirai le tomó algo de tiempo encontrar su salón de clases ya que al ser nuevo y no conocer a nadie tuvo que arreglárselas solo, pero después de un rato lo logró.

"Salón 2-A... debe ser este"

El número '2' hacía referencia a 'segundo año' y la letra 'A' era la forma de diferenciar las clases. Lleno de determinación Mirai entró al salón, a pesar de que probablemente estarían hablando cuan emocionante fueron sus vacaciones de invierno, poco a poco todos los estudiantes que allí se encontraban fijaron su atención en él.

"¡Oye! Ya te estabas tardando"

Un estudiante grita a Mirai a la vez que se dirige hacia él, con toda la confianza del mundo, como si lo conociese de toda la vida pone su brazo detrás de su cuello.

"Eres el nuevo ¿cierto? Debes saber que aquí tenemos ciertas reglas que debes obedecer... primero: aquí saludamos de mano a las mujeres y a los hombres con un pequeño besito"

La cara de póker de Mirai se tornó asqueada al ver que aquel chico hinchaba sus labios, no entendía qué demonios pasaba con ese sujeto, afortunadamente una chica de la clase reprendió al tan molesto muchacho.

"¡Ken, Déjalo en paz!"

El chico, cuyo nombre aparentemente era Ken procedió a disculparse al instante ante las reclamaciones de aquella chica.

"Esta bien Makinohara-san, solo estaba bromeando con el nuevo jejeje"

Ken miró a Mirai y se disculpó con él de una forma sincera a pesar de haber sido una inofensiva broma.

"Hey, lamento si te hice sentir incómodo, reconozco que a veces suelo ser bastante pesado, pero si estás dispuesto a tenerme paciencia podemos ser amigos, por cierto mi nombre es Tsukasa Ken, mucho gusto"

A pesar de que le hablaba de frente, Mirai tenía su mirada centrada en la joven que reprendió a Tsukasa. Era una chica realmente hermosa, parecía ser la típica extrovertida, amiga de todos y popular, provocó tanto impacto en el joven Mirai que lo primero que pensó fue que hasta un inútil como él, cuyas habilidades sociales eran comparables a las de un caracol, podía ser capaz de apreciar su belleza... su cabello negro como la oscuridad misma, que llegaba hasta su cintura, sus ojos color gris, que parecían mirar lo más profundo de su ser y la piel blanca semejante a la nieve del norte eran sus rasgos que la hacían destacar sobre todas las demás chicas, no solo del salón de clases, sino de toda la preparatoria.

Al notar que su mirada se encontraba clavada en aquella estudiante, Tsukasa no tuvo otro remedio que responderle su curiosidad con un tono de voz que mostraba el aprecio y respeto que le tenía a la misteriosa chica.

"Ya veo... así que Makinohara-san, eso sí que es apuntar alto, en especial para alguien que acaba de ingresar nuevo... te podría decir un montón de cosas sobre ella pero creo que es mejor que te le acerques y le preguntes directamente, no tienes nada que perder..."

Para alguien que no lo conociera, Mirai parecía estar en ese típico pensamiento profundo en el que te imaginas una vida amorosa con alguien, como se casan, tienen hijos y son felices... a mucha gente le pasa esto, sobretodo con personas que miras por primera vez, ya sea alguien de la calle, una empleada de una tienda... o una linda chica en el tren Sin embargo este no era el caso de Mirai, él no era de esos que se sumergen en sus pensamientos para cosas tan triviales como el amor... del que ya había experimentado una amarga dosis en el pasado... a diferencia de los demás Mirai pensaba en lo que supondría acercarse para hablarle a alguien tan fuerte ambientalmente y extrovertida.

"Eso es imposible para mi"

Tsukasa inclina la cabeza mientras piensa "Que chico con tan baja autoestima" es obvio que nunca había conocido a alguien como él antes. Dispuesto a subirle los ánimos con palabras alentadoras que llenarían su corazón de emoción.... Tsukasa fue interrumpido por el profesor de matemáticas que había entrado al salón, comenzando así con el ciclo diario de clases.

Las clases continuaron como estaba previsto, nada que destacar salvo las miradas furtivas de Mirai hacia Makinohara, las cuales no eran de otra cosa más que curiosidad.

Antes de que se diera cuenta, ya era la hora del recreo y Mirai decidió salir a la cafetería escolar a comer algo. Pidió un sándwich de atún y un refresco dispuesto a asesinar su hambre, cuando tras sentarse en una de las mesas de la cafetería una voz le abrazó los tímpanos.

"Eres Asano-san ¿verdad?"

Quien se encontraba frente a él era nada más ni menos que Makinohara, la chica a la que Mirai no creía ser capaz de acercarse parecía conocerlo. Al notar el incómodo silencio por parte suya, Makinohara se tornó un poco nerviosa al pensar qué tal vez lo había ofendido "

"P-Perdón, ¿lo pronuncie mal? Lo lamento mucho, es que, verás... se te cayó esta goma de borrar hace rato y tenía tu nombre escrito "

Después de permanecer en silencio un rato, Mirai pensó que sería mejor decir algo... no vaya a ser que ella piense algo raro sobre él.

"Esto... muchas gracias, ¿eres Makinohara-san?

Tomando su borrador, Mirai estaba deseando conocer más sobre aquella chica cuyas ganas de vivir y soñar desbordaban de su figura y alma.

"Vaya, ¿me conocías? Si, soy Aiko Makinohara, es un gusto conocerte... Mirai ¿verdad?"

Tras leer su nombre en la goma, Aiko ya se había aprendido su nombre... a Mirai solo le quedó asentir.

"Si... mi nombre es Mirai Asano, muchas gracias por devolverme mi borrador Makinohara-san"

Aiko reaccionó con una voz algo molesta ante las palabras de Mirailo ratificándolo rápidamente.

"Mirai, si te llamo por tu nombre entonces tú deberías hacer lo mismo, además... si vamos a ser amigos no debemos tratarnos tan formalmente"

Mirai no pudo evitar sentir algo de sorpresa. Makinohara hablaba sobre ser amigos aún cuando no se habían pasado ni diez minutos de haberse conocido, pero por alguna razón esto a Mirai no le importó...

"¿Amigos? Pero..."

"Si, amigos... ¿O es que acaso no quieres que lo seamos? Mirai"

"Nada de eso Makinohara-san... al contrario, yo..."

"¡Te dije que me llamarás por mi nombre!"

"Está bien, Aiko-san... me encantaría ser tu amigo"

Aiko salió victoriosa, ahora que había roto el hielo podía preguntar a Mirai aquello que tanto deseaba saber sobre él.

"Bueno Mirai, ahora que somos amigos dime..."

Mirai, confundido por la situación no esperaría las palabras desgarradoras qué saldrían de los finos labios de Aiko... unas palabras que lo harían temblar de pánico.

"¿A que le temes, Mirai?"