Josephin.
La casa se sentía solitaria, con tanto silencio.
La cocinera solía dejar las tres comidas hechas para el día. Pero hoy había decidido que no quería que alguien me hiciera de comer.
Asi que aquí me encontraba. Haciendo mi propio almuerzo y queriendo huir los mas pronto posible antes de que Eric aparezca.
Me siento en el taburete después de terminar mi almuerzo, mientras abro un jugo de naranja para servirme.
Me quedo Helada cuando la presencia de Eric inunda la estancia.
—Buenos días— respiro hondo y volteo a verlo mientras abre el refrigerador.
—Buenos días— respondo volviendo mi mirada al plato.
Tal vez no sabia lo que hacia. Tal vez solo estoy complicando las osas entre nosotros.
Pero… ¿Quién demonios pide un bebe cuando ni siquiera ha dado el paso de ser sincero con sus sentimientos? Claro. Eric Brooks.
—Voy a…— se queda en silencio cuando mis ojos se encuentran con los suyos.
—¿A que? — lo observo mientras tomo un sorbo de mi jugo.
Sacude la cabeza y observa su mano en la que sostiene su botella de agua.
Ahora que no me observa, puedo mirar su atuendo. Unos pantalones de chándal color grises y una camiseta blanca adornan su escultural cuerpo.
—¿Jo? — sacudo la cabeza y me centro en el nuevamente.
—¿Si? — el respira hondo.
No se que pasa, pero lo noto mas nervioso.
—Lo siento. No debí de comportarme como un imbécil — sacudo la cabeza. De pronto no tengo apetito.
No se que responder, no se que decir ante este constante cambio de actitud.
—Escucha Eric, no se exactamente que es lo que quieres. Sinceramente no se si soy lo que quieres, pero desafortunadamente estamos atrapados en este matrimonio— me relamí los labios y continúe —Yo quiero hacer esto bien, no se tu lo que quieras pero no pienso seguir jugando a este estúpido tira y afloja. O es todo o es nada, pero no hay termino intermedio—
Su mirada verdosa concentrada por completo en mi, no se aparta. Me analiza.
—No quiero arruinarlo. Se lo que quiero contigo— confiesa. Mib boca se abre incrédula.
Me paso la mano por la cara, sintiendo las mejillas acaloradas. Me estaba sonrojando.
Estúpida.
Este hombre nos había hecho sentir miserable estos días, y ahora si sabe lo que quiere.
No puedo con esto.
—Vale, hagamos cuenta de que esto es cierto. ¿Ahora quieres un hijo? — conteste sarcástica mientras sonreí sin nada de gracia.
Suspiro y sacudió la cabeza negando.
—No te voy a obligar a algo que no quieres, Josephin. Pero si quieres hacer las cosas bien conmigo, también quiero todo contigo— lo miro, tratando de encontrar la mentira en sus ojos.
Demonios, lo dice en serio.
—Vale, bien. Te creo. Pero debemos hacer las cosas bien. Nada de que hoy te quiero mañana aléjate— lo apunto, sonríe de lado con esa maldita sonrisa que me hace derretir.
Se acerca a mi, me voltea en el taburete y me rodea la cintura.
—Llevo días queriendo hacer esto otra vez…— lo miro confundida y la duda se disipa cuando sus labios se pegan a los míos, mareando me en el proceso.
No sabia si apartarlo o atraerlo. Pero obviamente elegí la segunda opción. Lo atraje con todas las ganas de su camiseta. Abriendo las piernas para encajara perfectamente contra mi cuerpo.
No sabia lo que hacia, como dije. Pero ahora me sentía mejor que antes.
*****
No sabia nada de Jordan desde hace una semana cuando se peleo con Eric. A pesar de que le había mandado mensajes para quedar con el y hablar el asunto. No contesto.
La angustia por saber sobre el, me llevo a terminar en casa de mis padres.
Como odiaba esta casa.
Respirando hondo, toque la puerta.
—Señorita Josephin, no sabia que vendría a vernos hoy— le sonreí a nuestra ama de llaves, Alice.
—si, bueno, si Jordan me contestara el teléfono, no tendría que venir y buscarlo. ¿Esta aquí, verdad?— ella asiente sonriendo divertida. Sabia perfectamente lo unidos que somos ambos.
Siguiéndola hasta la cocina en donde esta Jordan, me detengo al escuchar una risa femenina.
—¿Hay alguna mujer con Jordan?— ella asiente encantada.
—Si, es la novia del niño Jordan, la trajo a presentar ayer. Sus padres organizaron una cena para ella—
El golpe en mi pecho ante la noticia, me deja quieta en mi lugar dejando que Alice se pierda erda en el interior.
¿Hicieron una cena? Y Jordan no me llamo.
¿Ya no le importo? Tal vez sea porque pensaba que seguía molesta con el. Pero le he mandado mensajes para hablar y disculpándome por haberlo hechado.
No sabia si entrar ahí era buena idea. No si Jordan pensaba que era una emboscada de mi parte.
Tome aire y me adentre.
El aire cambio y la tensión era palpable cuando Jordan dejo de sonreir al verme.
—Josephin...— Josephin, no Jojo.
Trague en seco y hice el intento de una sonrisa.
El fantasma de la decepción se instalo en mi torrente sanguíneo, el desplazamiento por mi familia era evidente. Pero nunca había sido de parte de Jordan. De mi hermano mayor.
—Hola hermano. Estaba tratando de hablar contigo estos días, pero no contestabas y decidí venir. Estaba preocupada—gire a ver la espalda de la chica y volví a verlo a el— Ya veo que estas bien— le sonreí, casi sincera.
Solo quería salir de ahí y volver a casa y llorar en mi habitación por volver a ser desplazada.
Ahora dolía mas. Porque era el, mi Jordan.
—Oh si, yo... Amm...— miraba entre la chica y yo, sin saber que hacer o decir.
Tome la iniciativa por el, para terminar rápido eh irme. Ya sabia que estaba bien, bueno ahora me iba a ir.
—Hola, soy Josephin la hermana de Jordan— me acerque al costado de la chica, quedándome de piedra cuando se volteo a verme con una sonrisa petulante.
—oh, claro. Es un gusto por fin conocerte. Jordan me ha hablado maravillas de ti— trastabille hacia atrás, con la boca abierta. Me recompuse para que Jordan no se diera cuenta. Apretando la mandíbula mire a la mujer frente a mi.
Bianca.
—Yo... Si, claro un gusto— murmuré por lo bajo, sin poder creer que demonios estaba pasando.
Por dios. Bianca seguí con Eric hace tan solo dos semanas. Y ahora es la nueva novia de mi hermano.
—¿Hace cuanto dijiste que estan saliendo?— pregunte confundida viendo a Jordan y rascándome la nuca.
Jordan sonrió y se acerco a Bianca rodeando su cuello con su mano.
—Tres meses— mis cejas se dispararon hasta el nacimiento de mi cabello.
Tres meses. Ese era casi el mismo tiempo que yo llevaba casada con Eric.
Es una maldita arpía.
—Wow. Bueno... Me tengo que ir— fue todo lo que dije y salí de ahí como alma que lleva el diablo directa a la casa de Eric.
Mis manos se apretaban en el volante, enfurecida y agobiada.
No sabia como le iba a decir a Jordan que esa maldita bruja era la ex de Eric.
La cual lo había estado engañando.
Pero... Un momento.
Jordan vio a Bianca en el funeral del brazo de Eric. ¿Que demonios esta pasando aquí?
No se que mentiras debió de decirle a Jordan para safarse de esa situación, debe de ser muy buena manipulando ya que tiene a Jordan comiendo de la palma de su mano.
Dios mio. Pondrá en mi contra a mi hermano.
Esto es un desastre.