Chereads / En otro mundo? / Chapter 2 - el umbral de lo desconocido

Chapter 2 - el umbral de lo desconocido

Todo comenzó una noche cualquiera en la que la bruma de la rutina se había adueñado de mi vida. A mis 27 años, trabajaba en una oficina, rodeado de papeles y el zumbido constante de teclados que parecían marcar el ritmo monótono de mi existencia. La monotonía me había convertido en un fantasma en mi propia vida. Mis sueños de aventura parecían lejanos, relegados a las páginas de los libros que devoraba en casa.

Desde la muerte de mis padres en un trágico accidente de tránsito cuando tenía solo seis años, había vivido con mi tía, mi último pariente más cercano. Su fallecimiento hace un año debido a una enfermedad terminal dejó un vacío indescriptible en mi vida. Nunca había tenido novia, y con cada pérdida, me sentía más aislado, como si la vida me hubiera encerrado en un ciclo sin fin, alejado de la conexión humana.

Era un viernes por la noche cuando decidí dar un paseo para despejar mi mente. Caminé sin rumbo, perdido en pensamientos sobre cómo había llegado a este punto. ¿Dónde estaba el niño que soñaba con ser un héroe? En vez de eso, era solo un hombre atrapado en la soledad y el desasosiego.

Al pasar por un parque, noté una extraña luz que emanaba de un arbusto. Me acerqué, atraído por su brillo, y descubrí un pequeño círculo en el suelo cubierto de símbolos extraños. Parecía algo mágico, con su luz palpitante. Cuando me agaché para inspeccionarlo más de cerca, la luz se intensificó, y de repente, un pánico indescriptible me invadió al intentar alejarme. Sentí que algo me sujetaba y me succionaba.

La luz parecía cobrar vida, danzando a mi alrededor como si tuviera voluntad propia. La sensación de ser absorbido se intensificó, como si un remolino invisible me atrapara. Intenté moverme, pero mis pies parecían pegados al suelo, y un escalofrío recorrió mi columna vertebral.

La realidad comenzó a distorsionarse. Los colores del parque se desvanecieron, convirtiéndose en manchas borrosas y confusas. Podía escuchar un murmullo lejano, como si múltiples voces estuvieran hablando al mismo tiempo, mezclando palabras en un idioma que no comprendía. Mi corazón latía con fuerza, y el pánico se apoderó de mí.

En un último esfuerzo, cerré los ojos y traté de concentrarme. Recordé las historias que había leído sobre portales y mundos mágicos, de héroes que cruzaban umbrales en busca de aventuras. Quizás este era mi momento, mi oportunidad para escapar de la vida monótona que había llevado. Pero, ¿a qué precio?

De repente, el suelo bajo mis pies se desvaneció y caí en un abismo de luz brillante. Sentí una presión a mi alrededor, como si estuviera siendo comprimido y estirado al mismo tiempo. La sensación era aterradora, pero había una chispa de emoción que iluminaba mi miedo. La luz se volvió un torbellino de colores, y mi cuerpo se sentía ligero, como si flotara en un mar de estrellas. Recordé los rostros de mis seres queridos, sus risas y su calor, y una tristeza profunda me invadió. ¿Los volvería a ver?

En un instante que pareció eterno, la luz me liberó. Caí en un lugar blando, cubierto de hojas y musgo. Abrí los ojos y me encontré en un bosque denso, donde los árboles se alzaban como gigantes, sus copas cubiertas de un verdor vibrante. El aire era fresco y lleno de aromas desconocidos: flores de colores brillantes, tierra húmeda y un toque de resina que emanaba de los troncos. A mi alrededor, había helechos enormes que parecían susurrar en el viento, y en el suelo, setas de formas extrañas se mezclaban con las hojas caídas.

Me levanté, aturdido y confundido. Miré a mi alrededor, intentando comprender dónde estaba. El bosque era hermoso, pero también desolador. En la distancia, escuché el canto melodioso de aves exóticas, cuyos plumajes brillaban en tonos iridiscentes. La sensación de que no estaba solo me invadió, y una inquietud creció en mi interior. ¿Era este el mundo de mis sueños, o una trampa mortal?

Mientras exploraba, la realidad de mi situación comenzó a asentarse. No había señales de la ciudad, de la vida que había dejado atrás. En su lugar, había un mundo que parecía sacado de un cuento de hadas, pero con una oscuridad latente que acechaba entre los árboles. Pequeños animales, quizás roedores con pelajes de colores inusuales, se asomaban curiosos entre las ramas, y de vez en cuando.

A medida que avanzaba, escuché un susurro a mis espaldas. Me volví rápidamente y vi sombras moviéndose entre los troncos. El corazón me latía con fuerza, y comprendí que no estaba a salvo. Algo en este mundo me estaba observando. Los cuentos que había leído no solo hablaban de héroes; también narraban la existencia de criaturas que acechaban en la penumbra, esperando a que su presa se descuidara.

Con determinación, decidí que debía encontrar respuestas. ¿Cómo había llegado aquí? ¿Por qué había sido elegido? Las preguntas giraban en mi mente como un torbellino, pero una cosa era cierta: debía prepararme para lo que estaba por venir. Este nuevo mundo podía ofrecerme la aventura que tanto deseaba, pero también podría ser el escenario de mi perdición.

Me armé de valor y continué mi caminata, adentrándome más en el bosque. Caminé durante unas dos horas, buscando alguna pista que me llevara a la civilización. A medida que me alejaba de dónde aparecí por primera vez, una sensación de rejuvenecimiento y poder comenzó a recorrer mi cuerpo. Era como si la energía del bosque me envolviera, revitalizando cada fibra de mi ser. No podía explicar por qué me sentía tan diferente, tan vivo.

Cada paso resonaba con un nuevo propósito. El miedo que me había invadido al principio fue reemplazado por una creciente emoción. Este mundo no solo era un lugar de peligro; también era un espacio de posibilidades infinitas. La brisa suave acariciaba mi rostro, y los sonidos del bosque se sentían como una canción ancestral, invitándome a descubrir secretos ocultos.

Con cada paso, me comprometí a desentrañar los misterios de este nuevo mundo. La incertidumbre se convirtió en mi aliada, y el miedo, en un impulso que me empujaba a seguir. Mi viaje apenas comenzaba, y el destino me aguardaba en las sombras.