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Chapter 8 - La verdad

Los hermanos atravesaron el jardín y aprovecharon los rincones oscuros para camuflarse y evitar que los detectarán, no sabían hacia dónde dirigirse, las salidas fueron cubiertas rápidamente por los mercenarios oscuros, observaban a la distancia para pensar en donde tendrían más posibilidades de traspasarlos y poder salir de ahí pero en ninguna tenían posibilidades, solo podían regresar hacia el alcantarillado, sabían que ahí también estaría cubierto totalmente por guardias pero tenían que intentarlo ya que habría una ligera posibilidad.

Aleksander y Helena esperaron a que los mercenarios desviaran su visión hacia otro lado pero se mantenían ahí, inmóviles, como estatuas viendo hacia un punto fijo, así que Helena tomó una piedra que había a lado de ella y la lanzó con fuerza hacia unos arbustos, al caer del otro lado los arbustos se movieron y alertaron a los mercenarios haciendo que se movieran y dispararán sin dudar mientras se acercaban lentamente.

Los hermanos se apresuraron rápidamente hacia la entrada de la alcantarilla, se olvidaron completamente de la cautela por un momento ya que era crucial, no habría otro momento que pudieran aprovechar, Helena levantó la tapa gruesa y oxidada con sus propias manos y rápidamente entraron los dos cayendo en la oscuridad y humedad.

Helena sacó la lámpara de su mochila y la encendió con un cerillo, ambos esperaban un ejército de mercenarios oscuros ahí abajo pero no sabían exactamente dónde estarían, se miraron un breve segundo, les esperaba un gran tramo para regresar a la guarida de Illika si es que el desgraciado sigue ahí el cuál muy probablemente no estaría, lo conocían, les daba la sensación de que haría desaparecer su escondite y se largaría a crear otro pero no tenían idea hacia dónde más podrían ir, era la única pista que tenían, así que avanzaron al mismo tiempo cuidándose las espaldas, permanecieron en silencio ya que sabían que cualquier sonido podrían alertar al enemigo, solo se hacían señas raras con las manos que nada más ellos entenderían, después de un gran tramo recorrido y de haber olido la mayor parte una combinación de suciedad y humedad se les hacía raro que no llegarán a ver algún mercenario, caminaron un poco más temerosamente pero con seguridad hasta que Aleksander tropezó e hizo un gran ruido por el golpe.

-¿Qué mierda? - pregunto Aleksander mientras veía en los alrededores de la oscuridad -Helena alumbra bien el camino por favor

-Lo haría si tuviera una linterna más grande, hermano idiota, deberías prestar más atención a tus alrededo…..

Helena también cayó estrepitosamente en la oscuridad haciendo que se apagará la linterna.

-Oh no, ahora sí estamos completamente a ciegas - mencionó Aleksander mientras se pegaba a la pared más cercana.

Helena comenzó a buscar la linterna raspando sus manos contra el piso ya que no podía ni visualizar sus propias manos, al mismo tiempo se arrastraba buscando a su alrededor, tratando de no desorientarse y no terminar regresando por dónde llegaron. En cierto momento Helena sintió algo sólido y lo tomó pensando que era la linterna pero estaba algo pesado, sabía que algo estaba mal, la linterna era ligera como una pluma no algo que fuera difícil de movilizar, se acercó y pudo apenas visualizar entre la abundante oscuridad que lo que estaba agarrando era un brazo, esto tomó de sorpresa a Helena y la hizo retroceder confundida levantando la mirada hacia delante de ella.

-Pero ¿que carajo? - pregunto desconcertadamente.

-¿Helena? ¿Dónde estás? ¿Que paso? No te veo, parece como si tuviera los ojos cerrados cuando en realidad están abiertos - respondía mientras pareciera que abrazaba más la pared sucia llena de moho y humedad mirando de un lado hacia otro, en ese momento no le importo la pestilencia que guardaba la pared.

-Hay un maldito brazo aquí, parece de un mercenario oscuro, me tomó por sorpresa, por cierto ¿no puedes hacer que aparezca una llama para que pueda encontrar la lámpara e irnos de aquí?.

-¿Dijiste un brazo? - pregunta sorprendido.

-Probablemente ya esté muerto, el problema es que no sabemos quién lo hizo. Enciende tus llamas hermano idiota - le dice a Aleksander mientras se aleja del brazo.

-No es algo fácil de hacer ya te había dicho, aún no se exactamente como sacarlo, no es como si chasqueara los dedos y pueda producir chispas y se encienda mi mano automáticamente - dice mientras levanta el brazo chasqueando los dedos el cuál produce unas ligeras y diminutas chispas que se podían notar entre la eterna oscuridad del alcantarillado, a plena luz del día muy probablemente no se hubieran notado, quedando Aleksander sorprendido por lo que acaba de pasar -retiro lo dicho - menciona desconcertado y en voz baja.

-¿Qué carajos? Sigue chasqueando los dedos rápido, creo que pude ver la lámpara - Helena entrecerró los ojos para tratar de enfocar la vista y poder reaccionar rápido en los momentos cortos de luz.

Aleksander chasqueo rápidamente los dedos dando una ligera visibilidad en el entorno, era una luz corta momentánea pero al menos ya tenían un poco de visibilidad, Helena buscaba en sus alrededores pero rápidamente el ritmo de Aleksander disminuyó debido a que empezó a sentir un dolor parecido a una quemadura en sus dedos tras chasquear fuerte y repetidamente así que comenzó a preparar su otra mano para continuar chasqueando porque prefería ese dolor a un dolor más fuerte provocado por su hermana, cuando ya iba empezar a chasquear con su otra mano vio como se volvió a iluminar la alcantarilla, Aleksander volteo a ver rápidamente a Helena y vio cómo por fin tenía la lámpara encendida en sus manos aunque el rostro de Helena tenía una expresión boquiabierta al visualizar lo que estaba en frente de ella, Aleksander giro la mirada y vio un ejército o más bien lo que quedaba de un ejército de mercenarios oscuros que los esperaba por si pasaban por ahí, paredes pintadas con lo que parecía su sangre y uno que otro cuerpo desmembrado.

-¿Quién mierda pudo hacer todo esto? - pregunta Helena sorprendida.

-Yo.

-¿Dónde estás? Muéstrate - Aleksander se pone en estado de alerta y empieza a observar a sus alrededores.

-Estoy aquí, en el piso, podrían ayudarme a quitarme este mercenario corpulento, cayó sobre mí cuando lo mate y no me lo he podido quitar así que prácticamente estoy atrapado - levanta su brazo lentamente para tratar que los hermanos logren ubicarlo.

-Ese brazo…. - Helena le da la lámpara a Aleksander -Hermano, no dejes de enfocar en la dirección en donde está y mantente alerta.

Helena caminó rápidamente hasta la ubicación del sujeto misterioso pasando los cuerpos regados en el pasillo largo del alcantarillado y velozmente con un brazo quitó al mercenario corpulento.

-Holi, hace un buen tiempo que no te veo Hele….

Helena lo levantó sin esfuerzo alguno y lo estrelló contra la pared mientras Aleksander se acercaba apresuradamente a su ubicación.

-Habla maldito Illika, nos vendiste a cambio de unos papeles y dinero, tus malditos tratos te llevarán a la tumba y yo seré quien te entierre - levanta el puño con rabia, lista para lanzar el golpe y estamparlo contra la pared.

-Espera los salve también hace rato - levanta las manos con miedo tratando de evitar el golpe de Helena.

-¿La maldita carta explosiva?, también casi nos matas ahí maldito demente imbecil, ¿a quien se le ocurre estallar un cuarto en una torre y alertar a todo el mundo? - menciona Aleksander desconcertado y enojado.

-Pero no están muertos, pudieron haber usado las escaleras pero decidieron saltar drásticamente, todo era parte de mi plan menos esto, un pequeño imprevisto.

-¿Un plan maquiavélico? ¿Cómo es posible que alguien como tú pudieras hacer algo como esto? - Helena golpea la pared unos pocos centímetros cerca de la cara de Illika.

-Solo es un poco de suerte, ingenio y cartas filosas, no esperaba que llegaran tan rápido los mercenarios, los encontraría en mi guarida creí que irían ahí al no tener otro lugar, ¿Podrías soltarme Helena?

-¿Crees que voy a confiar en ti otra vez?

-Si te muestro los documentos con información del porque quieren al imbécil de tu hermano vivo ¿tal vez hay una posibilidad? -dice en voz baja y tímida.

Helena lo suelta duramente haciendo que Illika caiga al piso, se levanta y recoge su sombrero desempolvandolo se lo coloca y de su gabardina le saca unos papiros.

Helena los toma rápidamente y los comienza a leer mientras Aleksander no le aparta ni un segundo la mirada a Illika procediendo con un furioso golpe dandole directo en la quijada, Illika solo sonríe entredientes mientras susurraba un ligero prefería uno de esos golpes a uno de Helena porque si los comparan los golpes de Aleksander se quedan algo atrás de Helena.

Mientras tanto Helena en un papiro lee una lista de personas con su edad que han perseguido y asesinado a lo largo del tiempo, bebés, niños y adolescentes, todas esas personas con una ligera y rara afinidad con la magia de fuego. Y en el otro papiro venía la inscripción de una profecía a la cual ya pocos le tenían fe que pudiera llegar a pasar, Helena sorprendida levanta la vista hacia Aleksander y solo menciona tres palabras.

-El guerrero Fénix