El día planeado llegó, los hermanos se veían decididos a infiltrarse pero Aleksander se sentía nervioso e inseguro de sí mismo ya qué no había podido incrementar su habilidad al nivel de las dos veces en las que apareció su poder. Por fuera parecía intrépido y audaz pero por dentro tenía miedo, miedo de lo que le fuera suceder a él o a su hermana, pensaba en dar un paso atrás, decirle a Helena qué era mejor largarse y terminar en alguna otra ciudad, como lo hacían hace mucho tiempo se encontraba perdido en un bombardeo de pensamientos mientras se movía de manera automática hasta que una mano cálida qué tocó su hombro acompañado de un grito lo hizo regresar.
-!Oye!
-Ah, ¿qué pasó? - pregunta desconcertado.
-Te he estado hablando pero no me contestabas, estas raro, más de lo normal.
-¿Raro yo? Siempre estoy normal, no se a que te refieres.
-Esto lo he visto antes, hace tiempo en una de tus peleas -lo observa y lo analiza a la distancia.
-¿Qué tanto me miras? Ya termine de guardar lo necesario en la mochila, vámonos se nos hará tarde para la "fiesta" -comienza a caminar hacia la salida.
-Te ves tan valiente y estúpido por fuera pero por dentro tienes miedo, ¿no es así hermanito?
-Deja de decir tonterías y vámonos de una buena vez - dijo mientras sonreía despreocupadamente.
-Y ahí vas otra vez guardando lo que en realidad piensas y sientes, en fin, no es por ese camino, nos iremos por las alcantarillas, ni siquiera me escuchaste cuando te explique el plan - frunció el ceño.
Aleksander solo giró la cabeza, vio sobre su hombro y cambió la dirección a la que iba -Lo siento, ¿me podrías explicar otra vez el plan mientras caminamos? en pequeños rasgos, por favor.
-Ya que, ponme atención - desenrolla un mapa con trazos marcados del recorrido -recorreremos media ciudad por las alcantarillas, no por la entrada al mercado negro esa sería una estupenda entrada pero lo arruino el idiota de Illika, nos iremos por el lado del desagüe el cual nos llevará a la parte del jardín principal, habra que evitar a los guardias de forma sigilosa, nuestra opción más factible es entrar por la cocina, recorrer la planta baja hasta las escaleras principales y subir al tercer piso, buscar la oficina de William y ahí lo esperaremos, el estará en alguna junta en la sala de reuniones, ¿alguna duda?
-Ninguna, la fiesta nos espera hermana - asiente mientras sigue el camino trazado.
Ambos hermanos caminan codo a codo llegando a la entrada de las alcantarillas que la ocultaba una tapa oxidada con musgo húmedo, estaba demasiada ajustada para poder abrirla con las manos pero Helena la pudo abrir con una palanca de hierro que guardó en su mochila, dentro de la alcantarilla estaba oscuro y emanaba un olor fétido muy fuerte desde el fondo.
-En este momento sería de gran utilidad tu extraño fuego qué sale de tus manos.
-No es tan fácil - saca de la mochila una pequeña lámpara qué funcionaba con reducidos tanques de gas, enciende un cerillo, presiona un botón en la lámpara para liberar gas acercando el cerillo y encendió la lámpara.
-Bueno, algo es algo - dijo mientras encogía los hombros.
Primero bajo Aleksander y observó como alrededor estaba lleno de tubos oxidados de los que escurría aguas negras y escuchaba como esas mismas aguas hacían un recorrido sin fin, el piso se sentia chicloso por toda la suciedad que albergaba el lugar, después bajo Helena tapando nuevamente la entrada. Comenzaron a caminar la dirección trazada en el mapa, era algo confuso seguirla por las redes de los túneles que se conectaban unos con otros, parecía una telaraña.
-Por cierto ¿dónde está Illika?
-Salió muy temprano hacia algún lugar a hacer más tratos o más bien fraudes, además ya te había dicho que no nos iba a ayudar esta vez, por cierto ¿sabes si se cerro bien la casa?
-Pues no, no supe como, aparte su casa está muy bien escondida y no es nuestra no hay por qué cerrarla.
-Precisamente por eso hermanito baboso, si por alguna extraña razón falta algo haré qué te lo cobre a ti - le cierra el puño con irá.
-Relajate hermana - dijo con risa nerviosa.
Siguieron caminando un buen tramo hasta que por fin llegaron al área marcada, Aleksander apago la lámpara, subieron las escaleras y destaparon la salida, al salir del alcantarillado apreciaron como unas murallas negras y gigantescas rodeaban la fortaleza de William.
-Se ven muchísimo más grande de cerca, no pensaba que estuvieran de ese tamaño - asombrado se rasco la cabeza.
-Bueno eso es lo de menos, ya estamos dentro ahora, a movernos con precaucion evitando a los mercenarios oscuros - dijo mientras caminaba agachada.
Helena camino tratando de ser precavida, moviéndose entre las sombras y a la vez utilizando arbustos para camuflajearse, avanzó un buen tramo.
-Ya casi estamos cerca Aleks solo un poco más - observó hacia atrás pero no había nadie -Aleks ¿dónde carajos estas? - susurro fuerte.
-Alto ahí intrusa, quedate donde estas.
-Maldita sea - se detiene asustada intentando usar algun factor qué la ayude a salir de esa situación.
-Tu no debes estar aquí, tengo órdenes de tirar a matar - decía mientras la observaba con esos ojos rojos tan característicos.
-Oye tranquilo esto, yo puedo salir de aquí sin qué nadie me vea - intenta voltear completamente pero el mercenario no la dejaba.
-¡Callate!
El mercenario oscuro le apunta con su arma, estaba preparado para disparar, Helena esperaba escuchar el estruendo pero solo hubo silencio, algo cayó cerca de ella, al darse media vuelta estaba Aleksander que se encontraba sometiendo al mercenario en el piso hasta dejarlo inconsciente.
-¿Qué demonios Aleks?, ¿por qué desapareciste?- susurra enfadada.
-No, ¿qué demonios tú? Te seguí a lo lejos, vi que estaba cerca de ti este tipo y me tuve que esperar.
-¿Esperar a que? ¿A que me mataran? - dijo mientras sus ojos se encendían al rojo vivo.
-No te podía gritar estabas lejos y según tú hay que ser sigiloso, algo que al final no hiciste - susurraba enojado mientras sacaba algo de la mochila.
-Ahora ¿qué haremos con él?
-Está inconsciente así que lo ataremos, le cubriremos la boca y lo pondremos en un lugar que sea poco visible, por cierto empezaste a hacer muchas preguntas.
-Aleks estamos en una fortaleza, ¿qué lugar es poco visible aquí? - menciona mientras observa alrededor.
-Ves he ahí otra pregunta, hay que moverlo a ese arbusto.
Ambos cargan al mercenario oscuro y lo arrojan a un arbusto en medio de la oscuridad.
-Bien, ahora tenemos menos tiempo de lo esperado, sigamos avanzando, y ahora no te despegues tanto de mí, ya casi llegamos - dijo Helena mientras caminaba de forma más cautelosa.
Siguieron otro tramo evitando las luces de los reflectores en movimiento aprovechando las sombras que estos dejaban al moverse siendo lo más cuidadosos posibles, atravesando a los mercenarios oscuros qué montaban guardia esa noche, hasta llegar a la cocina, escondieron las mochilas y se guardaron en sus bolsillos las cosas que les podría ser de más utilidad y entraron con cautela pero era aún más difícil no ser vistos ya qué el espacio era más reducido y se podían escabullir mucho menos, así que intentaron hacerse pasar por invitados esperando que alguien no los reconociera, pasaron rápido y despistadamente, Aleksander llegó primero a la puerta qué va a dar a un pasillo.
-Oye chico, el de la gabardina, espera.
Aleksander al escuchar sabía que probablemente estaba en problemas, trato de no verse sospechoso así que volteo con tranquilidad.
-Hola, la cocina es muy elegante - decía incredulamente.
-Lo siento por detenerte pero se te callo esto, es un poco raro ver a creyentes en estos tiempos, ten mucho cuidado - decía el joven cocinero en voz baja mientras le da un anillo con un sol grabado.
-Oh gracias - agarra el anillo y se da media vuelta.
-El sol y la luna volverán a brillar - murmura el cocinero.
Helena se le acerca rápidamente a Aleksander y pasan al pasillo.
-La cocina es muy elegante - dice en tono de burla.
-Callate y sigamos, ya casi llegamos.
-No pensé que siguieras guardando ese anillo - dijo mientras caminaban tranquilamente.
-Padre me lo regalo, es como un amuleto para mi, nunca lo tiraría - lo vuelve a guardar en el bolsillo interior.
Pasar las escaleras principales y subir fue más sencillo de lo que pensaban ya qué todos se encontraban en esa reunión, llegaron hasta el tercer piso y empezaron a buscar la oficina de William y entraron.
-Esas fueron muchas escaleras, bueno ahora a buscar documentos y a esperar a ese bastardo - dijo Helena algo agotada.
-Espera, iré a escondidas a esa reunión, probablemente digan algo importante - dijo decidido y algo temeroso.
-No, los dos estamos seguros uno al lado del otro, no empieces con tus estupideces - lo señala enfadada.
-Tranquila será rápido y ni me notarán, revise tu ruta marcada y puedo llegar sin ser visto desde aquí por el ducto de ventilación, a lo mejor discutan información y podremos saber más, solo ayúdame a llegar allá arriba, ¿estás conmigo hermana?
-Solo no te tardes y ten cuidado tonto - hace un banquito con su mano.
Aleksander se apoya en ella y sube, quita la reja del conducto de ventilación y se desplaza, empieza a oír voces un poco difusas, mientras más se acercaba más claro se escuchaba hasta que llegó a la rejilla correcta.
-Espera, esa voz yo la conozco - dijo impactado.
-Entonces William crees que Aleksander es indiscutiblemente la leyenda.
-Así es, sus poderes, su magia, su aura, su color, se siente diferente, está vez lo atraparé y con él me darán un ascenso - menciona mientras aprieta el puño.
-Gracias y de nada, Aleksander está a tu merced ahora, ahora dame lo que me prometiste - dice mientras se quita el sombrero.
-Aquí tienes tu paga, ahora lárgate de mi vista maldita rata - le arroja una bolsa con documentos y objetos extraños.
-Fue un placer, ahora vete de una vez que ellos te están esperando con ansias - hace una ligera reverencia y se va por la puerta.
-Tu no me das órdenes maldito ser despreciable, si yo quiero puedo aplastarte en este momento - aprieta el puño.
-No puedes, ya que la suerte está de mi lado - saca una carta y la avienta por la ventana más próxima haciendo una curva extraña - fue un placer hacer negocios.
Todo eso sucedió mientras Aleksander observaba y escuchaba en la ventilación.
-No, maldita sea, Helena tenía razón, ese infeliz de Illika, mi hermana está en problemas - empieza a moverse rápidamente por la ventilación.
Aleksander está algo retirado y no sabe si llegará a tiempo para salir de ahí junto con su hermana, pero tiene que apresurarse a como dé lugar si no Helena probablemente muera, la mente de Aleks se empezó a llenar de preocupación y desesperación mientras avanzaba, cada segundo era indispensable.