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Chapter 4 - El mercado negro

En el amanecer del día siguiente, todo se encuentra bajo el sonido del cantar de las aves, era demasiado tranquilo y armonioso, Aleksander está vez parecía dormir en paz, el día empezaba de manera extraña, no era normal que las aves cantarán y afuera había una ligera luz sobresaliendo de las nubes el cual provenía del dios sol, según las creencias de la gente esto era presagio de un buen augurio ya que sucedía muy rara vez.

Una sombra se posa sobre la calma de Aleksander, que efectivamente se encontraba durmiendo en el piso.

-Despierta, hay que irnos - dice mientras lo mueve delicadamente para no despertarlo de golpe - bueno, rara vez duermes de manera tranquila y profunda así que perdón hermano.

Helena lo sacude bruscamente pero Aleksander no mueve ni un dedo, no responde a nada.

-Pareces muerto - le lanza un tremendo golpe en el hombro.

-Auch, ¿qué fue eso? - se despierta algo irritado.

-Lo siento, soy algo impaciente lo sabes y no te despertabas de la manera amable, además solo use un poco de fuerza - sacude sus nudillos.

-Aun así esas no son maneras de despertar a alguien, aún es temprano ¿para que me despiertas? - se gira al lado contrario para seguir durmiendo.

-Necesitamos ir por un cambio de ropa, la nuestra está sucia y manchada de sangre, aparte no podemos ir a nuestra casa y no creo que el otro baboso tenga de nuestra talla.

-Eso suena algo estupido, nos buscan por todos lados Helena - decía molesto mientras levantaba medio cuerpo del piso.

-Si pero ahora tenemos a un guía, aparte no es tan estupido, esa salida nos sirve para trazar una ruta para infiltrarnos y conocer vías de escape, no entraremos sin un plan.

-Eso es una buena idea no lo niego y ¿quién es el guía?

-Pues irónicamente en quien menos confío, Illika - Apunta hacia atrás con el dedo.

-Oigan ¿pueden callarse?, trato de dormir, y apaguen esa luz - se tapa el cuerpo con la manta.

-La luz es del dios sol no está en nuestras manos apagarla así que levántate antes que vaya por ti y te levante a punta de golpes. - agrava la voz y se cruza de brazos.

-Por eso digo que el diálogo es mejor que las agresiones físicas, oye te sienta bien dormir en el piso ¿no?- pega un salto de la cama.

-Callate idiota - se levanta del piso lentamente.

-Vaya nos despertamos bravos eh, en fin, que los dioses los bendigan a dónde sea que vayan - junta las manos y las alza mientras hace una reverencia.

-Callate vendrás con nosotros, serás el guía.

-Yo no acepto sin una comisión, no importa que tanto me golpees.

-¿Esto es suficiente? - le arroja una bolsa de monedas de oro.

-No esperaba eso pero es suficiente, pero primero a desayunar.

-Desayunar es para débiles y no hay tiempo así que vámonos - camina hacia la salida

-¿Qué? - dice desconcertado frunciendo el ceño.

-Así es, mi hermana no desayuna, tiene un régimen demasiado estricto de ayuno.

-¿Acaso está loca? Aún así no debe de arrastrarnos en sus locuras - sacude la cabeza.

-Solo camina Illika - dice mientras trata de alcanzar a Helena.

-Bueno ya me pagaron, no vayamos por esa salida, vayamos por la otra salida - camina hacia el lado opuesto de la casa del árbol.

Helena y Aleksander siguen a Illika por un oscuro pasadizo, al final llegan a unas escaleras que van hacia un vacío sin fondo, encienden antorchas para poder ver aunque sea lo más mínimo, las escaleras se vuelven húmedas mientras caminan más a fondo, casi al final del camino les llega un olor pestilente que les da asco pero se tienen que aguantar un poco más para poder llegar al final.

-Huele horrible, como soportas esto? - se tapa la nariz para intentar mitigar el fétido olor lo cual es inútil.

-Te acostumbras mi buen amigo - camina como si nada, como si ya fuera parte de su día a día.

-No me digas que ¿nos llevas al mercado negro? - mantiene la mano cubriendo su boca.

-Vaya vaya, parece que lo conoces, viendo que los persiguen por toda la ciudad es más seguro traerlos aquí, aunque no es tan seguro porque de igual forma podrían atacarlos por la recompensa.

-Había escuchado rumores, son las ventajas al ser dueña de un bar, escuchas sobre casi todo.

-Tu misma lo dijiste, casi todo más no todo - baja su antorcha y la apaga con el agua sucia que emergia de un canal -llegamos, a partir de aquí cada quien es responsable de lo que le llegue a suceder, tengan cuidado - lo dice con un tono serio.

Llegan a una puerta de metal con una rejilla a la altura de la cabeza, llena de tubos y compresores de vapor por los lados, no se puede abrir por fuera solo por la parte de adentro.

Illika toca la puerta con un ritmo peculiar, Aleksander presta atención al sonido, un tipo calvo y obeso abre la rejilla, se les ve susurrar pero no se distingue que es lo que se llegan a decir. A la distancia se ve como el vapor sale a presión de los tubos y la puerta se abre.

-Listo chicos, siganme y no me pierdan de vista, aunque estemos aquí tengan su perfil bajo - sostiene su sombrero mientras empieza a caminar suavemente.

Los hermanos lo comienzan a seguir mientras el tipo obeso los observa detenidamente, Illika los guía por un lugar oscuro y lúgubre, lleno de personas vendiendo cosas ilegales, raras de encontrar, robadas con un valor prestigioso, personas o cosas hasta difícil de imaginar que se pudieran vender, todo lo que observaba Aleksander lo llenaba de rabia, no imaginaba el nivel de tales cosas que veía, empieza a apretar los dientes hasta rechinarlos.

-Hermano mantén perfil bajo, no hagas nada estupido - le susurra al oído.

-¿Estupido? ¿Sabes que es estupido?, Estar en estos lugares y no poder hacer nada - la observa intensamente con ojos ardiendo, tenía una mirada de odio y furia.

Helena nunca lo había visto tener una mirada así, era común para ella verlo enojado cuando trataban injustamente a alguien pero esto era otro nivel.

-Cálmense chicos, ¿ven esa tienda de ahí?, venden lo que necesitan, entren compren y salgan rápido, los veré al rato, tengo un pequeño asunto que atender - les guiña el ojo mientras levanta la mano.

Los hermanos entraron a la tienda, vendían artículos varios, pero se dirigieron directamente a la ropa. Helena se compró un pantalón cómodo junto con una chaqueta de cuero, botas negras, y camisa blanca, mientras que Aleksander adquirió una camiseta negra, una nueva gabardina gris, pantalón de cargo oscuro y conservó sus botas actuales.

Salen de ahí rápidamente buscando a Illika pero no aparecía.

-Eso raro que vendan ropa en un mercado negro ¿no?, bueno qué más da, aquí se vende de todo - dice para calmar los ánimos de Aleksander que se encontraban tensos desde que llegaron -Aleks, sé lo que sientes, yo también lo siento pero no podemos hacer nada.

-Eso es lo que más me enfurece, el no poder hacer algo - la ve a los ojos teniendo una mirada de desafío y furia que pudiera ser desencadenada en cualquier momento.

Pasan los minutos e Illika sigue sin aparecer, los hermanos comenzaron a caminar de regreso por dónde llegaron, intentando continuar un perfil bajo, pasaron por lugares demasiados oscuros y otros muy luminosos, algo andaba mal, no parecía el mismo recorrido, todo seguía tranquilo hasta que alguien los para.

-Oigan ¿no les interesa adquirir alguno de ellos? - señala a personas encadenadas, débiles con desesperación, llorando y con angustia.

-No nos interesa - dice Aleksander entre dientes mientras seguía caminando.

Caminaron otro buen tramo por todo el lugar, la tensión que traía Aleksander ya no se ocultaba, su mirada lo decía todo, en cualquier momento iba a estallar.

-¡Corran!.

Se escucha un grito a lo lejos.

-Illika ¿que mierda hiciste? - pregunta mientras comienza a correr desesperadamente.

-Bueno no todos los negocios salen bien, casi siempre hay una falla, síganme - dice agitadamente.

Unas luces rojas comienzan a parpadear del techo a la vez que se comienza a generar un sonido de alarma, en un abrir y cerrar de ojos se encuentran rodeados por criminales en posición de atacarlos.

Illika, Helena y Aleksander levantan su guardia listos para la batalla, uno a uno se dejan ir contra ellos, mientras los abaten con dificultad, Aleksander recibe un golpe que lo deja atónito en el piso, un poco confuso observa el panorama, ve a Illika usar ágilmente la magia de sus cartas a distancia, mientras que su hermana se encarga de ellos cuerpo a cuerpo a puño limpio.

Aleks ve en la oscuridad, en la lejanía una silueta de un niño encadenado que fue alejado de su familia, se encontraba llorando y aterrorizado.

En ese momento siente como la adrenalina lo levanta fuertemente y pega un grito en sí de furia, comienza a golpear brutalmente a todos los criminales, llegó a un punto en donde sus puños comenzaron a encenderse como si les hubiera prendido fuego, uno a uno fue cayendo, no importa que tan fuerte recibía los golpes que conectaban a su cuerpo, él seguía en pie. Helena e Illika se quedaron boquiabiertos al ver las manos llenas de fuego, sin saber de dónde provenía.

Aleksander terminó con la mayoría pero seguían llegando más y más, en una pausa levanta la mano y señala al niño -¡vendré por ti y por todos, solo esperenme! - grito fuertemente con las fuerzas que le quedaban.

Los tres salieron corriendo como pudieron de ahí, hasta llegar a la casa de Illika.

-¿Qué mierda pasó ahí Illika? - pregunta Helena agitadamente.

-Te dije que los negocios no siempre salen bien, pero aún así obtuve esto, de nada por cierto - saca de su bolsillo un mapa de toda la ciudad con notas de los próximos movimientos de William y sus mercenarios.

-Eres un maldito hijo de perra - se sienta en una silla mientras trata de recuperar el aliento.

-Ahí puedes trazar tus rutas y armar un plan, ahora siguiente pregunta ¿Cómo hiciste eso en tus puños Aleks?, esa magia nunca se había visto antes - lo observa dudosamente mientras cruza los brazos.

-No lo sé, no sé qué pasó, nunca lo había hecho - menciona confuso mientras recupera el aliento.

Aleksander se encuentra demasiado confuso para comprender cómo es que género fuego en sus manos sin causarle quemaduras, los tres se encontraban cansados pero tenían a su favor un poco de información que Illika consiguió dudosamente, es poco pero con eso pueden empezar a trazar un plan, entradas, salidas, lugares seguros donde esconderse, pero todo dependerá de ellos.