—Cuñado, hermana, ¿están bien? —Tan pronto como se abrió la puerta, Xu Shanshan entró con una sonrisa.
—Xu Yingying sonrió levemente y dijo:
—Shanshan, hoy te lo digo formalmente, si te gusta tu cuñado, también tienes derecho a luchar por él. Yo, Xu Yingying, no usaré mi estatus de hermana mayor para presionarte. Si te gusta alguien, debes esforzarte. Quiero vencerte de manera justa, para que no te sientas insatisfecha después.
—Xu Shanshan abrió mucho los ojos, miró a Xu Yingying, luego miró a Li Yifei, frunciendo su linda naricita y dijo:
—¿Tienes fiebre?
—Xu Yingying lanzó una mirada a su hermana y dijo:
—Te estoy dando una oportunidad ahora. Si no la aprovechas, luego no me culpes.
—Xu Shanshan miró otra vez a Li Yifei, quien inmediatamente dijo:
—Shanshan, no escuches las tonterías de tu hermana. Hoy no está pensando bien.
—Xu Shanshan asintió repetidamente y dijo:
—Yo pienso lo mismo. ¿Qué le hiciste a mi hermana para que se comporte así?
