Después de colgar la llamada de Xu Shanshan, Li Yifei marcó de nuevo el número de Xu Yingying. Sonó solo dos veces antes de que la llamada se conectara.
—¿Qué te pasa que no contestas mis llamadas? —El tono de Xu Yingying era urgente, impregnado de reproche.
Li Yifei estaba bastante acostumbrado al tono de Xu Yingying y no se enfadó. Se rió y dijo:
—Tuve algunos problemas cuando salí y me detuvieron en la estación de policía, así que no pude contestar tu llamada.
—¿Detenido en la estación de policía? ¿Qué te pasó? —Sus palabras ahora llevaban un matiz de preocupación.
—Hoy, después de dejar tu casa, fui a recoger a mi novia para ir de compras. Entonces tuvimos una pelea. Un amigo mío trató de intervenir por justicia, y acabó siendo detenido por la estación de policía. Fui a ayudar, y también me detuvieron —li Yifei dijo.
—Entonces, ¿por qué no me llamaste? Podría haber encontrado a alguien para sacarte bajo fianza. Conozco a algunos líderes.
